TREPANACIÓN
Trupanon (trýpanon) es la
palabra que da origen a la trepanación. Significa "instrumento para taladrar",
"taladro", "barrena". La empleó ya Hipócrates con el significado que
tiene hoy "trépano", de instrumento quirúrgico para practicar la trepanación.
Se llamaba también así al palo que se introducía en cualquier cilindro hueco, y
particularmente el que servía para encender fuego frotándolo dentro de una madera
perforada, y por extensión recibía el nombre de trépano todo el instrumento para
encender fuego. El verbo que da origen a esta palabra es trupaw
(trypáo), que significa taladrar, barrenar. Trupein ton poda th belonh (trypéin tón póda
te belóne), taladrar el pie con la aguja; trupein tina ti (trypéin tína tí), taladrar a alguien en cualquier parte del
cuerpo. Son expresiones que usaban los griegos. Suenan muy parecidas al significado que de
actualmente la juventud a "taladrar" en su argot.
Yendo directo a lo que es la trepanación, empiezo por las menores. Lo de taladrar el
pie suena a lo que llamaban los romanos impedire (poner trabas en los pies), que
han tenido muchas formas: desde la propia mutilación, hasta las ataduras, los grilletes,
las cárceres (probablemente su forma primitiva es cálceres, raíz calc
/ calz), los taladros, las ajorcas... Otros taladros bien documentados son el de la
nariz y el de la oreja izquierda. Su intención nunca fue buena. Todo lo que son ataduras,
cadenas, anillos, pulseras, perforaciones en el cuerpo, son reminiscencia de un pasado de
esclavitud. En el Génesis, nos aparece ya en el capítulo 24 Rebeca con la nariz
perforada, en la que Isaac le coloca un anillo de oro. Llama la atención que en el juego
completo de joyas que le regala (el anillo de oro para la nariz, y para los brazos dos
brazaletes de oro), estén ausentes los pendientes (los aros para las orejas), porque más
adelante, en Éxodo 21 aparece la perforación de la oreja: En caso de que su amo le hubiera dado mujer, y ésta le hubiera criado hijos e
hijas, la mujer y los hijos serán de su amo, y éste saldrá solo. Pero si el esclavo le
dice "Quiero a mi amo, a mi mujer y a mis hijos, no quiero ser libre", entonces
su amo lo conducirá ante Dios, lo acercará a la puerta o a su dintel, le agujereará
la oreja con un punzón y será para siempre su esclavo (Éx. 21 5-6). El hecho de que con el tiempo hayamos sublimado los símbolos de nuestra
esclavitud, y hayamos convertido en oro las cadenas, los grilletes y los aros, no limpia
la negrura de su origen; como tampoco el que estemos explotando la energía atómica para
producir energía eléctrica, no rescata su origen destructor.
Y yendo a la trepanación propiamente dicha, la del cráneo, que se haya convertido en
paso inevitable para cualquier intervención quirúrgica en el cerebro, desde tiempo
inmemorial, no demuestra ni mucho menos que se inventase para eso, igual que el que la
castración tenga a veces valor terapéutico no significa que se haya inventado con esa
intención. Aparte de la trepanación de los cadáveres para sacarles los sesos, también
se practicó en los vivos, intentando intervenirles el cerebro al igual que se domina a
los toros y se les convierte en laboriosos bueyes interviniéndoles los testículos. Es
una hipótesis.
Mariano Arnal
Copyrigth EL ALMANAQUE
todos los derechos reservados.
|