No ha variado apenas el significado de este verbo desde los romanos hasta ahora. Su
forma latina es divido, dividere, divisum; la sustantivación, divisio (pl. divisiones)
ha dado lugar al término militar que los romanos no tenían, de "división" con
el significado de "Unidad de la milicia constituida por brigadas de varias armas con
sus servicios auxiliares". Es una definición de diccionario. Obsérvese lo
interesante que es la presencia del término "unidad" en la definición de
"división". A eso los romanos lo llamaban "legión", de legere, que
significa reunir, juntar. Paradojas del lenguaje. División es unión. Como si
efectivamente le viniese el nombre por lo que separa y no por lo que une. Y luego nos
quejaremos de no entender cosas que están igual de claras.
En llegando al concepto matemático de división, nos encontramos que ésta sólo
admite la igualdad del resultado. Otra forma de dividir, las matemáticas no la
contemplan, porque lo que finalmente buscan son igualdades; al fin y al cabo la división
es una manera distinta de organizar la cantidad. Curiosamente una de las formas de la
división es la "fracción", que contra lo que la palabra da a entender, tan
sólo indica la línea de fractura, sin consumarla como hace la división. Es lo que en
derecho denominaríamos el pro indiviso. Una división en las proporciones
señaladas en el contrato, pero sin realizar. Simplemente indicada.
Un la nomenclatura de los elementos volvemos a tener unas cuantas curiosidades: en las
fracciones el número totalizador, el que indica el todo y por tanto es el más grande, y
además está encima, se llama numerador; mientras que el más pequeño, el troceador, el
que está debajo, se llama denominador; es decir que es él el que determina el nombre,
principio o criterio de la partición. Si nos pasamos a la división, ocurren cosas
parecidas: el número mayor se llama dividendo (= el que ha de ser dividido), y el
pequeño es el divisor, el que divide. Y como el objetivo de esa operación aritmética es
dividir en partes iguales, lo que se busca es el "cociente", palabra que no
tiene nada que ver con el verbo cocer, sino con el adverbio latino interrogativo quotiens?,
que significa: "¿Cuántas veces?" Y la respuesta sería su correlativo totiens,
"tantas veces". Está claro que la palabra cociente no denomina el resultado,
sino la mecánica de la operación, que ha de ir respondiendo a la pregunta: ¿Cuántas
veces entra el divisor en el dividendo?, teniendo que buscar las respuestas parciales en
la tabla de multiplicar, hasta acabar la división. El resto o residuo es la porción del
total que, al no poder contribuir a formar la igualdad que se busca con la división, o se
desprecia como parte poco significativa del todo, o se separa con una coma y se fragmenta
en porciones cada vez más pequeñas.
Es un divertimento hurgar en las palabras para descubrir las diferencias que hay entre
lo que dicen y lo que quieren decir. Hasta en las matemáticas, cuando se trata de
ponerles nombres a los números, ya no es lo mismo "dice" que "quiere
decir". No nos extrañemos, pues, de que en política y en leyes ocurra otro tanto.