FILIACIÓN
Ha sido largo el recorrido de la humanidad hasta llegar a construir la relación padre-hijo.
El fundamento biológico que hoy damos como evidente, no es más que el cimiento
aparente sobre el que se construye esta relación, de manera que tanto las leyes basadas
en el derecho romano como en el germánico, reconocen el derecho de paternidad en favor
del padre "legítimo" (el que se ajusta a la ley, es decir el que está
legítimamente casado con la madre) cuando viene a disputarle ese derecho un padre
"biológico". La relación paterno-filial no es un invento de la naturaleza,
sino de la ley. Pero antes de entrar en materia es preciso hacer un largo itinerario entre
brumas y espesuras léxicas, para ver de dónde nos viene la palabra hijo.
Divagando por entre el grupo con el que de cerca o de lejos ( más de cerca que de
lejos) está emparentada la palabra filius de la que procede hijo (la
h es el recuerdo de la antigua f y a la j nos empujaron los árabes)
hemos de pasar por el tronco común fer-fert, con el significado de
"llevar". Derivada directamente del tronco, tenemos fértil, que
significa "la que lleva (fruto)". Totalmente contigua en forma y en significado
(cerca del supino fertus), tenemos fetus -a, adjetivo
que significa "cargado -a de fruto", "fecundado -a", "preñado
-a". Fetus ager es un campo sembrado; fetum pecus, un rebaño preñado.
El sustantivo fetus designa la acción de parir, el parto, la puesta de huevos. El
verbo fetare significa poner huevos, y también fecundar. La fetura es el
tiempo de gestación y también la prole, la cría. Fetalia son las fiestas
natalicias. Le cae cerca también el adjetivo fecundus -a -um (relacionado con la
raíz indoeuropea dhe, con el valor de mamar, ordeñar), el verbo fecundare
y el sustantivo fecunditas, que han pasado a las lenguas románicas como términos
cultos, manteniendo el mismo significado que en latín. Y rondando por ahí cerca, felix
y femina. El adjetivo felix, del que derivará el concepto de felicidad,
vuelve a significar fértil, fecundo, cargado de frutos. Felicitas significa,
naturalmente, además de felicidad, fecundidad, fertilidad, y felicitare significa
"hacer feliz". Y por fin el último término contiguo a felix es felare
o fellare, que significa chupar, mamar.
De todo este recorrido se saca una conclusión clara: que el concepto de fertilidad y
fecundidad están representados en latín por las palabras fertilis, fetus, fecundus
y felix. Que la contigüidad de felatio con felicitas sería muy raro
que fuese accidental. Y finalmente que atrapados en esa maraña, sin tener bien definido
cuál es su lugar exacto, están los férminos filius y femina, que han de
tener relación con la idea de fecundidad o la de mamar (activo y pasivo) y todos ellos
derivados del tronco común fero, que significa llevar (en sus formas de capacidad,
actividad, pasividad).
He intentado colocar la palabra hijo en su marco léxico y semántico. El
próximo viernes entraré en materia. Me ocuparé de la relación semántica fetus -
filius, y si queda espacio, analizaré las posibilidades de que filius tenga
que ver con felare.
Mariano Arnal