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FUTBOL: ESPAÑA NO VAN TAN BIEN
El último ensayo de la selección en
su camino de preparación hacia el mundial 2002 de Corea y Japón con
derrota por 1-0 frente a Holanda, demuestra que el fútbol español "no
va tan bien" como los periodistas deportivos, y con ellos una buena
parte de directivos y aficionados, lo están creyendo.
Este antecedente no se tiene muy en
cuenta, por esa tendencia, que a veces resulta contraproducente, de
querer minimizar los resultados negativos, frustrantes para todos,
incluyendo los jugadores, para poder, desde páginas y microfónos,
zaherir con fuerza y elevados tonos a quienes han integrado la
selección respectiva.
En Sao Paulo, el 16 de julio, España con
un equipo integrado por Eizaguirre, Alonso, Asensi, Silva, Parra,
Puchades, Basora, Hernández, Zarra, Paniza y Juncosa, perdió el
tercer puesto ante Suecia que le venció por 3-1, y su atacante Basora
fue el segundo mejor goleador, junto con el uruguayo Schiaffino, con
cinco tantos, cuatro menos que el brasileño Ademir, máximo artillero
del campeonato, con nueve. Zarra, con cuatro goles, ocupó el cuarto
lugar en esta modalidad.
Desde entonces España ha tenido su
auténtico viacrucis en las fases finales a las que se ha clasificado,
aunque para llegar a ellas, en varias eliminatorias, lo ha hecho con
suma facilidad, lo que aumenta las expectativas entre los aficionados,
hace brotar un absurdo nacionalismo en la prensa deportiva y después
llegan, entre lamentos, las frustraciones.
El actual seleccionado que dirige
José Antonio Camacho no es mejor ni peor que los últimos equipos de
España en los torneos mundiales o europeos, pero como todos ellos,
carece de una "identidad propia" , que se plasma en evidentes
irregularidades técnico-tácticas que influyen para los fracasos en
acciones individuales como las de Julio Cardeñosa, Julio Salinas, José
Molina, Santiago Cañizares, Raúl González y muchísimos otros
jugadores.
Tácticamente, España está
mostrando muchas debilidades para controlar adecuadamente el juego
aéreo de sus rivales. Sus porteros y defensas no tienen concentración
adecuada a lo largo de los partidos y eso se traduce en derrotas, que
en la mayoría de los casos han sido decisivas.
Los porteros -ya Cañizares, ora
Molina o Casillas, como antes lo fue Zubizarreta- muchas veces carecen
de buen dominio de sus áreas y las desamparan con facilidad originando
con ello falta de confianza en sus compañeros de defensa, incapacidad
para controlar los balones "bombeados o a la olla" y por tal causa
reciben goles que destrozan al equipo.
El Real Madrid, por ejemplo, tiene
en su defensa un "tremendo agujero" que como el de la capa de Ozono,
se amplía con el tiempo. Y uno de los causantes de este es Fernando
Hierro, que ya no va también para arriba como lo hacía en años
anteriores. Esta debilidad suya la traslada también a la selección que
es sorprendida muy a menudo con saques de esquina o golpes francos
que van elevados. Ello quedó patente, mucho más, en el gol de Frank de
Boer, que le dio el reciente triunfo a Holanda.
Jugadores como Téllez, Juanfran,
Aranzábal, Curro Torres, César, no parecen tampoco ayudar mucho a
mejorar el rendimiento del sistema defensivo de la selección.
El medio campo español, como en
Hamlet, se debate entre el "ser o no ser", a pesar que esa zona del
campo es vital para el fútbol.
En ella, a España le faltan
importantes complementos porque a jugadores técnicos como Valerón,
Guardiola, Xavi, y otros de similares características, le faltan los
"mordedores o lapas" que a la vez que marcan rivales, destruyen
jugadas, deben tener la visión -al estilo de Mauro Silva- de saber
colocar bien los pases y, aunque no tienen propiamente el papel de
"organizadores del juego" no "rifar" por precipitarse o por falta de
condiciones los balones para permitir la rápida recuperación del
equipo contrario.
En este campo España muestra la
mayor descompensación y por eso las distintas líneas se ven
desequilibradas a lo largo de los partidos y, muchas veces, defensores
o atacantes, según los casos, parecen clamar al cielo una ayuda de sus
centrocampistas para coordinar el juego ofensivo o el defensivo.
Respecto al ataque, actualmente
España tienen el mayor número de jugadores para esas posiciones, pero
muchos de ellos llegan a la selección -unos por méritos, otros porque
los "infla" la prensa- y se les "olvidan" sus condiciones o,
simplemente, muestran las carencias generales que tienen.
Camacho se está dejando influir por
la prensa que le señala jugadores, y está llevando a muchos que
todavía, aunque tengan condiciones, están en su etapa de primaria o
bachillerato o no han pasado las pruebas de selectividad para la
universidad que es, nada menos, que la selección.
Jugadores como Capi, Joaquín,
Vicente, Tiko y otros, deberán "estudiar y foguearse" en otras
divisiones antes de llegar a la selección absoluta. Uno o dos buenos
partidos que hagan con sus clubes no les da el título. Menos en España
cuando la edad para alcanzar el "grado o equilibrio" llega tarde en
comparación con jugadores de América. Aquí no surgen Pelés, ni
Maradonas, ni Di Stéfanos, a los 16 o 17 años.
El mundial 2002 será un gran reto
para España y todavía a Camacho le queda tiempo para analizar con
mayor cuidado a los jugadores que integrarán la selección, buscando el
necesario equilibrio en sus diferentes líneas.
Es cierto que ningún equipo del
mundo puede reunir a once genios y tiene que convocar a buenos,
regulares y hasta malos jugadores. Pero lo importante es trabajar
sobre esquemas tácticos que permitan con la capacidad y calidad de
unos, los más, superar las deficiencias de otros. Es decir buscar que
los factores negativos sean los menos. Y no al contrario, como pasa
ahora con el equipo español.
Guillermo Tribín Piedrahita
Director de deportes diario El Siglo; director de los servicios informativos de Radio Cadena Nacional y Todelar de Colombia. Editor Internacional de United Press International. Redactor Jefe y Subdirector de la Agencia EFE. |