ENLACES -  CARNAVAL - CÁDIZ

MÚSICA DEL CARNAVAL

LAS COMPARSAS

COMPARSA

 Compareo, comparere, compárui, comparsum. Este es el verbo latino del que proviene la palabra comparsa, que tiene la forma femenina de los colectivos, al estilo de comitiva,  compañía, etc., y lo mismo que éstos, va precedido del prefijo com- de compañía; pero se distingue de ellos en que puede también usarse como individual. No se conoce esta palabra en el latín clásico, pero es probable que se formase ya en el latín vulgar. Parece que entró en nuestra lengua procedente del italiano, con el valor que tiene hoy en el argot del teatro. Está documentada la presencia de esta palabra con este sentido desde 1737. El verbo páreo, perere significa aparecer, mostrarse, presentarse. Es la aparición y es la apariencia. Pero significa también obedecer, algo sin lo que no podría funcionar ni un coro, ni una compañía, ni una comparsa. Probablemente procede este verbo de la verbalización en griego de la preposición para (pará =cerca, delante, al lado), primero en la forma parw (paro), y luego pareimi (páreimi), que significa presentarse, estar delante. El verbo comparere se usó en latín con los significados de aparecer, estar presente, presentarse, comparecer.  

¿Y cómo llegamos de aquí a las comparsas tan características de todo Carnaval, tanto formando en desfile ordenado en una rúa, como dispersas por todo el escenario de la fiesta sin orden ni concierto? Aunque suene repetido, habrá que volver a las formas más antiguas del Carnaval, e incluso del teatro. Es difícil dar con algún Carnaval en el que no se aprecien reminiscencias de los antiguos ritos estacionales de purificación, porque de ritos se trata. En unas culturas y en unas épocas estas ceremonias podían revestir un carácter crudo y austero; en otras, las mismas ceremonias podían tener un aire festivo y hasta desenfrenado. La historia más cercana a nosotros y por tanto bien documentada de los Carnavales, nos muestra con toda claridad las oscilaciones hacia una tendencia o hacia otra.  

No olvidemos que desde la perspectiva cristiana más ortodoxa, en la dramatización de la muerte y la resurrección, la eclosión de la vida corresponde a la Pascua, tal como ocurría probablemente en la Edad Media, si nos dejamos guiar por el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita. Ni siquiera aparece en la obra la palabra Carnaval ni en esta forma, ni en la de Carnestolendas, ni en la de Carnestoltas; cosa que da que pensar, tratándose de una obra tan costumbrista. Nombra, por supuesto, el Jueves Lardero, el primero del Carnaval, por ser el día en que empiezan las representaciones paralitúrgicas de la pelea entre Don Carnal y Doña Cuaresma, que son el preludio de los autos de Cuaresma, de Semana Santa, y finalmente de Pascua, con la apoteosis de Don Amor. Es aquí, en la Pascua, con la victoria de Don Carnal, que lleva de la mano a Don Amor, al auténtico dios de todas estas fiestas, cuando culmina el drama. No en el Carnaval, que no es más que la introducción a la Cuaresma, y ésta el camino forzoso para llegar a la Pascua.   

Es, pues, en el contexto de los ritos de los “Carnavales” precristianos, convertidos por el cristianismo en ritos y autosacramentales para celebrar la muerte y resurrección de Dios, ni más ni menos que en los más rigurosos Carnavales antiguos, donde hay que situar a las comparsas. Eran ritos en los que el auténtico celebrante era el pueblo. No eran espectadores como luego pasarían a ser en el teatro. Precisamente al asignársele al pueblo este otro papel, quedó representado en la escena por los coros. Recordemos el importantísimo papel que representaban éstos en la tragedia griega. Eran la imagen del pueblo, de la masa de espectadores incorporada a la escena. A ellos les correspondía configurar el ambiente, darle movimiento o quietud a la escena, definir el clima con sus cantos, sus rezos, sus alaridos o sus lamentos. Eran el alma colectiva enmarcando las almas individuales de los protagonistas, acogiéndolas o rechazándolas; eran la conciencia de la escena. Su papel quedó finalmente reducido al de comparsas

 

Cuentan con aproximadamente 14 componentes, clasificados en: Tenores, Segundas, Octavillas y Contraaltos. Los principales instrumentos que utilizan son Bombo, Caja y Guitarra, además de acompañarse con otros relacionados con el tipo.

Su repertorio se compone de Presentación, Pasodobles, Cuplés y Popurrí. Destacando los Pasodobles.

Son las agrupaciones con apariencia más seria, aunque sus letras no están en absoluto exentas de aspectos críticos y reivindicativos.

 

LOS COROS

El Coro es la agrupación que cuenta con más miembros, aproximadamente cuarenta y cinco personas. Sus componentes suelen clasificarse en Bajos, Segundas, Tenores y Orquesta. Entre los instrumentos que utilizan figuran laudes, guitarras, bandurrias, así como otros en función del tipo.

El repertorio suele estar compuesto por: presentación, tangos, cuplés, y popurrí; siendo los tangos lo más característicos de estas agrupaciones.

Durante la Semana de Carnaval participan en los distintos Carruseles que se organizan, en estas ocasiones se desplazan en unas plataformas tiradas normalmente por tractores, antiguamente por caballos, llamadas "bateas".

LOS CUARTETOS

Agrupación de tres a cinco componentes. Su repertorio consta de Presentación, Parodia, Cuplés y Popurrí.

El plato fuerte de los cuartetos es la Parodia, en la cual representan una historia que suele estar relacionada con el tipo.

Como instrumentos sólo cuentan con parejas de palos, con los que se acompañan durante el repertorio, sirviendo además para coordinarlos al cantar.

Es una agrupación muy complicada, al tener que actuar con el objeto de hacer reír al público.

 

LAS CHIRIGOTAS

Están compuestas por aproximadamente 12 personas, clasificadas en: Tenores, Segundas y Altos. Los instrumentos que normalmente utilizan son Bombo, Caja y Guitarra; además de aquéllos que puedan corresponderse con el tipo.

El repertorio es el mismo que el de las Comparsas: Presentación, Pasodobles, Cuplés y Popurrí. Siendo su fuerte los Cuplés.

Suelen ser las agrupaciones más divertidas pues utilizan con frecuencia la sátira y el doble sentido. En los últimos años han tenido un gran auge y son numerosas las agrupaciones que cuentan con calidad suficiente para acceder a la fase final del Concurso de Agrupaciones.

 

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