AMOR
ADULTO
EL
PARTO EN EL AGUA
Las
madres humanas, como cualquier mamífero, buscan instintivamente la
privacidad y un lugar en donde no haya excesiva claridad para traer su
bebé al mundo. Históricamente las madres han encontrado en el agua
un elemento tremendamente eficaz para suavizar el dolor (o molestias)
de las contracciones y del parto. De hecho muchas mujeres buscan el
agua instintivamente cuando se inicia el proceso del nacimiento. El
ser humano es un animal terrestre, aunque hay que hacer una
puntualización: el recién nacido normalmente ha pasado nueve meses
protegido de golpes y ruidos bruscos, flotando -a veces incluso
nadando- en el líquido amniótico, dentro del vientre de la
madre.
A lo largo de la historia existen muy pocas pruebas concretas de que
las culturas antiguas practicaran el parto en el agua a cualquier
escala, pero se sabe que se ha usado en todas las culturas del mundo.
Hay leyendas que dicen que los antiguos egipcios daban a luz en el
agua a ciertos bebés selectos para un futuro sacerdocio. Se dice que
los antiguos súbditos del rey Minos en la isla de Creta usaban un
templo sagrado para partos en el agua. El arte de los frescos en las
ruinas de Minos representa delfines y su especial conexión con los
humanos y el agua. Sólo se puede especular acerca de la conexión
entre estas pinturas y sus creadores. Los indios chumash de la costa
central de California cuentan historias acerca de sus mujeres que
pasan el trabajo de parto en los remansos de las mareas y ensenadas
poco profundas a lo largo de la playa mientras los hombres de la tribu
tocan los tambores y cantaban.
Sin embargo, tratando de dejar de lado cualquier rastro de
especulación en un punto tan serio como traer una nueva vida; es
preferible recurrir información debidamente documentada. El primer
parto en el agua registrado en la modernidad, tuvo lugar en Francia en
1803. El caso, que fue detallado en un periódico de la sociedad
médica francesa, argumenta que una mujer que había estado en labor
durante cuarenta y ocho horas encontró un alivio en su lento progreso
sumergiéndose en el agua caliente. Después de estar breves instantes
en el agua el bebé salió tan rápidamente que no tuvo tiempo de
salir del agua para dar a luz a su bebé. Se han recogido informes
posteriores sobre el parto en el agua hasta 1960, cuando comenzó a
haber documentación sobre el mismo en le Unión Soviética.
En ese entonces surgieron historias muy interesantes en la Unión
Soviética sobre el trabajo de Igor Chercovsky, científico y
curandero ruso primordialmente autodidacta, el cual dirigió una
investigación sobre animales pariendo en el agua. También observó
la conducta de los bebés en el agua, incluyendo la de su hija Veta,
que nació prematuramente en 1963. Chercovsky puso a su recién nacida
en una tina de agua caliente durante varias semanas, arguyendo que no
tendría que luchar contra la gravedad y por lo tanto no gastaría
tanta energía en sobrevivir como la que requeriría en la incubadora
del hospital. La hija de Chercovsky sobrevivió y él continuó
experimentando en el agua.
Durante la misma época pero en Rusia, el Dr. Frederick Leboyer
introdujo el concepto del baño caliente para el bebé después del
parto. El bebé podía experimentar el agradable retorno al placer del
mundo fluido que acababa de dejar.
Uno de los primeros
que propuso abiertamente el parto en el agua fue el médico francés
Michel Odent. Proporcionando una tina con agua caliente para la labor
y el parto, Odent ofrecía más comodidad y libertad de las que nunca
había gozado la mujer parturienta. El foco principal del trabajo de
Odent fue asistir a cada mujer que daba a luz a su propio modo y bajo
sus propios instintos.
Odent descubrió que
cuando las contracciones de la mujer se vuelven más dolorosas y menos
eficaces, el descansar en el agua caliente suele proporcionarles
alivio, especialmente para las mujeres cuya dilatación no progresa
más de cinco centímetros.
En 1981 en América, un
grupo de parteras ya conocían el exitoso trabajo de Michel Odent,
muchos padres querían dar a sus hijos una entrada en el mundo
bastante diferente. Durante los primeros años de la década de 1980,
cuando estas parejas renacedoras comenzaron a tener a sus bebés en el
agua, la mayoría de los partos no eran complicados y resultaban
experiencias muy gratificantes. A veces los padres dejaban a sus
propios recién nacidos sumergidos bajo el agua por más de veinte
minutos creyendo que con eso les daban tiempo de estirarse, relajarse
y recuperarse des estrés del nacimiento. Desafortunadamente, algunas
parejas intentaron dar a luz a sus bebés solas, sin la atención de
un doctor. Hubo varias muertes accidentales de recién nacidos,
supuestamente por haberlos dejado demasiado tiempo debajo del agua.
Esto impresionó a los padres y parteras que defendían el parto en el
agua, y empezaron a dudar de su seguridad.
En 1985 había un centro
de alumbramiento en Estados Unidos que ofrecía a las mujeres la misma
atmósfera que el Dr., Odent en Francia. El Dr. Michael Rosenthal
abrió el Centro de Alumbramiento Familiar en Upland, California.
Cuando Rosenthal habló con los padres sobre sus partos en el hospital
a menudo expresaban poca satisfacción, esto lo inspira a abrir su
propia clínica de alumbramiento. Según el Dr. Odent los seres
humanos "son idénticos al resto de los mamíferos, pues pueden
moverse de forma instintiva bajo el agua". En el verano de 1993
casi mil mujeres dieron a luz en el agua en el centro.
VIDEOS DE PARTOS
http://www.partoacuatico.com.ar/partoacuatico/video.shtml
Recuerda
esto: El Amor no es un sentimiento...es una actitud
Marco Antonio Guizar Ponce" <[email protected]>
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