LA SABIDURIA DE LO ENFERMO:       Dr. Javier Martínez y Dra. Maria Jesús Clavera

Los Catalizadores de la Vida

El lunes pasado (+) dijimos que allí donde había vida, cualquier forma de vida, encontrábamos un 'recinto', una 'cubierta' o 'habitación' donde se alojaba y protegía esa vida. Dentro de ese recinto (la membrana de una célula, la cápsula de un órgano, los caparazones, vestidos, etc de los organismos, las casas de las familias, las murallas de las ciudades, las fronteras de los imperios, los cascos de las naves, etc) es donde se manifestaba la 'vida', precisamente en comparación con lo que ocurría fuera.

Pues bien, lo que ocurre dentro de los espacios de la vida es ...¡una formidable aceleración del tiempo!. Es lo que los científicos han llamado 'CATALISIS': el notable aumento de velocidad con que sucede una reacción o proceso, por la sola presencia de una sustancia llamada 'CATALIZADOR', sustancia presente en muy pequeñas cantidades y que, además, no se gasta lo mas mínimo en la reacción o proceso. Eso recuerda lo de la 'Piedra Filosofal', que todo lo que tocaba lo convertía en oro, sin gastarse lo más mínimo. Las sustancias que, sin consumirse, enlentecen los procesos, se llaman inhibidores.

Por ejemplo: en ausencia de un catalizador, un frasco de agua oxigenada (H2O2) se va descomponiendo espontáneamente en agua (H2O) y oxígeno (O), sólo que muy lentamente: un 1% al año, aproximadamente. Pero en contacto con platino, cada molécula de este metal descompondrá 10-80 moléculas de H2O2 por segundo a 20º C; y en contacto con las 'peroxidasas' de una herida, cada molécula de esta enzima descompondrá 200.000 moléculas de H2O2 por segundo, incluso a 0º C. Este ejemplo nos muestra ademas una de las propiedades de los catalizadores de la vida (orgánicos): en comparación con los catalizadores inorgánicos, como el platino, los catalizadores organicos (que son proteínas llamadas enzimas o fermentos) son muchísimo más rápidos, selectivos y eficaces, trabajando a bajas temperaturas y no generando residuos contaminantes.

Además de acelerar, los catalizadores seleccionan con qué otras moléculas van a combinarse las afectadas y orientan hacia que productos se van a transformar. Por ejemplo: si en el alcohol sumergimos zinc como catalizador, se producirá etileno y agua; pero si sumergimos cobre, se producirá aldehído e hidrogeno. Dentro de la célula, una molécula dada se combinará con un 'novio', u otro, u otro según las enzimas que se presenten como catalizadores, originando rápidamente productos muy distintos. 

Las enzimas son proteínas que saben distinguir sus moléculas (las 'perciben'), deciden lo que hay que hacer con ellas y -como guarda-agujas de una compleja red ferroviaria- las transforman con gran precisión y velocidad en la dirección correcta. Al igual que un buen operario en una fabrica los catalizadores 'ven', 'juzgan' y 'actúan'. Pero, además de precisas y rápidas, las enzimas son proteínas muy sensibles que se alteran por la ausencia o presencia -a veces infinitesimal- de átomos, moléculas, vitaminas, hormonas, ADN-ARN e, incluso, por 'campos' emocionales (stress) e 'intencionales', como saben muy bien los psico-neuro-endocrinólogos y los que estudian las enfermedades priónicas y psicosomáticas. Pero, de eso, hablaremos otro día.

La vida es catálisis y los seres vivos están llenos de catalizadores, en cualquiera de sus niveles y tamaños. Estos catalizadores dirigen las prodigiosas y cuasi-instantáneas transformaciones que tanto distinguen lo que ocurre dentro de lo que ocurre fuera de los recintos de la vida: la aceleración del tiempo, la incandescencia de la vida y su inteligencia.

En la vida emocional, intelectual, moral, etc los catalizadores son aun más necesarios y sus efectos más sorprendentes. Hay lugares, personalidades, presencias, que nos estimulan y otros que nos inhiben de forma especial; y un buen padre, terapeuta, profesor, etc no es quien mas dinero, medicinas o información nos da si no quien mas 'chispa' tiene, quien más nos 'cataliza'.

Esta es la táctica: En cada nivel y agregado de vida, hemos de buscar los catalizadores-activadores, y apartarnos de los inhibidores-apagadores; los catalizadores están en la nutrición natural, claro está, pero también los oligoelementos del mar, los aromas de la naturaleza, los amaneceres y los ojos de la amada. Sin ellos nada somos; pero sin la presencia del sabio, del poeta, del bueno o del héroe (sin la presencia de la Verdad, la Belleza, el Bien, como diría Platón), tampoco somos nada. No hacen falta discursos: ellos son 'la sal del mundo', el fuego que nos hacen arder sin por ello consumirse, como todo buen catalizador.

Esa es la táctica. Cada vez escasean mas los catalizadores y abundan mas los inhibidores de la vida. Pero más vale buscarlos y preservarlos porque, si la sal se vuelve insípida ...¿con qué la salaremos entonces?
 

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