PACIENTE
Del latín patior, páteris, passus sum,
que significa padecer, hemos obtenido el término sanitario de paciente.
Un paciente, además de ser lo que dicen que es los usuarios de la
palabra, es lo que dice la propia palabra. La de paciente, respecto a
la de enfermo (ver
web) es una
palabra más intensa. El que tiene una enfermedad, no siempre la
padece, y sobre todo no siempre sufre. Y sin embargo, paciente es el
que padece. Existe la expresión hecha "paciente en los
dolores". Más aún. Si en algo ha cambiado profundamente la
situación del enfermo respecto a la de hace medio siglo, es en que se
ha reducido de manera espectacular su sufrimiento. Se le está ganando
la batalla al dolor. Si antaño se consideró condición normal del
enfermo su sufrimiento, hoy se considera ésta una situación
irregular y transitoria. Incluso en los enfermos terminales se
considera que la eliminación del sufrimiento es la terapia más
importante aunque como efecto secundario de ésta se acelere el
proceso terminal.
Ha querido el léxico que la palabra paciencia
sea polisémica, aunque todos los valores tengan como nexo común
el verbo padecer. Y ha sido decisión del destino que en la medida en
que dejamos de ser pacientes en cuanto a padecedores, es decir en la
medida en que la medicina es más sofisticada y eficaz, y nos reduce
dolores y padecimientos, en esa misma medida nos obligue a esperar más;
de manera que el paciente es ahora aquel que se tiene que armar de
paciencia para poder acceder a la gran medicina. El que padece porque
espera. Y es sintomático que sean millones los "pacientes"
que por dejar de serlo pagan además de los impuestos o deducciones en
nómina (que tanto da), una mutualidad que les libere de los
padecimientos en la medicina menor. Les gusta ir de clientes,
ir con el cheque o con la visa de la mutua a pagar la visita al médico
o a la clínica que hayan elegido. No les gusta ser pacientes soportando
tiempo y tiempo el dolor o las molestias que les ocasiona la
enfermedad hasta que les toque el turno; ni están dispuestos a
esperar, es decir que se dejan llevar además por la impaciencia.
Es curioso que el término enfermo no implica
necesariamente relación con el médico, mientras que el de paciente sí,
de manera que éste se acompaña normalmente del determinante posesivo
(voy a visitar a mis pacientes; doctora, hemos llevado su paciente
al quirófano), mientras que es menos frecuente el uso del
posesivo con la palabra enfermo. Más aún, en la medida en que la
medicina se va inclinando a la prevención, el término paciente va
dejando de tener sentido. Es decir que no son pacientes clínicamente,
sino que lo son en tanto en cuanto está asignada a un médico la
responsabilidad de su salud. Para tal situación se ha forjado la
expresión de "usuarios de la sanidad", lo que aleja de
manera notable al "usuario" del médico, porque éste se lo
ofrece el sistema como un elemento más del conjunto de servicios para
la salud. Será o no será ésta la intención, pero ese es el
resultado. El médico ha acabado perteneciendo a un sistema
administrativo, y el usuario es la otra cara del sistema. Tan
impersonal una cara como otra.
Mariano
Arnal
|