DROGA
Todas las cosas que son objeto de nuestra
atención necesitan un nombre. Si no lo tienen, lo han de tomar
prestado. Es el caso del actual fenómeno del consumo de drogas,
que se podría considerar una forma más de automedicación, pues ese
parece ser el origen de tal práctica. Sustancias diseñadas para su
uso en medicina son sacadas de su contexto para crear con ellas un
mundo nuevo. El nombre es en origen inofensivo. Basta que recordemos
en nuestra lengua las droguerías y en inglés los drug-stores.
Es difícil saber a estas alturas si al fraguar los nombres de droga,
drogodependiente y drogadicto con sus derivados, se
tuvieron en cuenta los significados negativos que arrastra esta
palabra desde que se introdujo en nuestro vocabulario.
La palabra droga se nos ha colado en
el lenguaje hace tan sólo quinientos años, y no tenemos ni idea de
cuál pueda ser su procedencia. El gran filólogo Corominas dedica
ocho columnas de su diccionario etimológico para explicar lo
improbables que son todas las etimologías que hasta ahora se han
propuesto. Se queda con la que hace proceder esta palabra del iraní darog
con el significado de medicina o remedio, pero indicando que la otra
vertiente semántica de "malo", "falso",
"adulterado" "trampa"... tan bien instalada en
nuestras lenguas, puede muy bien proceder del celta drug. El
grave problema que tienen ambas etimologías es que siendo verosímiles
desde el punto de vista semántico, no soportan nada bien el análisis
fonético, puesto que les hubiese correspondido evolucionar como a las
fonéticamente análogas. Dicho esto, transcribo la definición de droga
del diccionario de Ramón J. Domínguez (ed. de 1895). Droga,
s. f. Nombre genérico de las sustancias, tanto minerales como
vejetales y animales, que se empléan en la medicina, en la industria
y en las artes. II Fi. Fam. Embuste, bola, mentira dura de
pasar.=Nombre que se da á ciertas cosas superfluas que se quiere
ridiculizar, especialmente al conjunto de medicamentos que inspíran
aversión, v. g. Galeno tiene atestada de drogas la barriga de
fulano, y con ellas se irá muy serio á la sepultura.
En Hispanoamérica se usa también con el significado de deuda y
de trampa.
Ante palabras como ésta tiene uno la tentación
de pensar que las palabras siguen unas leyes semánticas igual que los
cuerpos siguen las leyes de la gravedad. El significado negativo
parece que sea inseparable de la palabra droga desde sus más remotos
orígenes, a pesar de las distancias léxicas, geográficas e históricas.
En torno a la droga se ha creado todo un mundo tenebroso, dominado por
la enfermedad y el crimen, llegando al extremo de ocupar uno de los
primeros lugares en el orden de nuestras preocupaciones. La droga ha
introducido en nuestro lenguaje y en nuestras vidas palabras y
conceptos totalmente nuevos. ¿Quién no nada hoy entre las palabras alucinar
o flipar? ¿Quién no sabe hoy lo que es el éxtasis?
Cuando alguien oye hablar de caballos y de camellos y de chutes, sabe
que le están hablando de un mundo nuevo, lleno de peligros y
emociones. Y la heroína, que siempre fue la forma femenina del
héroe, ahora no es más que una droga dura, muy dura.
Mariano
Arnal
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