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INDICE
- LÉXICO - ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS
MEDICINA Y SALUD - ÍNDICE LÉXICO
EL ALMANAQUE
dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA.
Aquí te ofrecemos el índice temático de MEDICINA Y SALUD y
afines.
ADICCIÓN
Del verbo dico
dicere dictum, que significa decir, deriva el
sustantivo dictio, que en el ámbito judicial es
el pronunciamiento de la sentencia. Si pasamos al
compuesto ad-dico, significa en principio
confirmar lo que se ha dicho.El gramático Festo (s.III)
decía que addicere est idem dicere = addicere es
decir lo mismo = confirmar. En el terreno judicial es
adjudicar o entregar algo a alguien en virtud de
sentencia. Ad-dictus sería por tanto "el que ha
sido adjudicado o entregado a alguien". Addicere
debitorem creditóribus = adjudicar el deudor a los
acreedores. Existe también, probablemente como
desarrollo metafórico del primer significado, el de
entregarse, obligarse, abandonarse: addicere se
libídini = abandonarse, entregarse a los placeres.
El sinónimo más afín a addictio es ad-judicación
= señalamiento judicial.
En efecto, se trata de
un acto jurídico en virtud del cual el juez adjudica
algo (o alguien) a alguien. Se llamaba addictus
al ciudadano al que el juez adjudicaba como esclavo a su
acreedor por no tener ya nada con que pagar sus deudas.
Addictus era, pues, el esclavo por
deudas. Ésta fue la condición de muchos plebeyos en
la antigua Roma, que tuvieron que endeudarse con los
patricios para poder subsistir. Éstos les prestaban el
dinero a alto interés (alrededor del 15%), y al no poder
devolver el capital con sus intereses, el juez
decretaba, conforme a la ley, que se adjudicasen al
acreedor todos los bienes del deudor. Y si con ello no
se alcanzaba a cubrir la deuda, o si éste no poseía
bienes, era adjudicado el mismo deudor como esclavo al
acreedor por sentencia judicial. La addictio
era, por tanto, la sentencia por la que el juez
condenaba al deudor a convertirse en esclavo de
su acreedor. Si pasamos de la adicción a la dependencia,
tampoco podemos decir que se trate de una palabra mucho
más benigna: de pendeo, pendere, pependi, pensum,
que significa estar colgado, estar suspendido, volvemos
a pasar a la idea de enajenado o vendido, porque la
operación de pendere se hacía para pesar la
mercancía a fin de venderla. El que pende, en
efecto, no es dueño de sí mismo, sino que está en poder
de quien pende o depende.
Cierto es que cuando
empleamos la palabra adicción, nos referimos en
exclusiva al valor actual del término, que se refiere a
la dependencia psíquica y a veces física de determinadas
drogas, que obliga al que la padece, a seguir
consumiéndolas para evitar el síndrome de abstinencia,
que presenta unos cuadros psíquicos muy graves en los
casos más extremos, acompañados incluso de afecciones
físicas. La verdad es que el número de víctimas mortales
de la adicción a las drogas es muy importante. A la
vista de lo difícil y doloroso que es en la mayoría de
los casos desandar el proceso de la adicción, recobra
fuerza y vigencia el significado original de la palabra;
porque realmente el que se entrega al consumo de
determinadas drogas pierde la libertad, deja de ser
dueño de sí mismo igual que los plebeyos a los que los
jueces declaraban adictos, es decir esclavos
de sus acreedores. He aquí una palabra que encierra
una reserva significativa muy considerable, que le viene
de la historia que arrastra y que le va como anillo al
dedo a la realidad que denomina. |
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