MEDICINA Y SALUD - PREVENCI�N

SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA
 



( los n�meros que estan entre parentesis corresponden a las fig. del final )

Gregorio Mara�on en su obra "Ensayos sobre la vida sexual", en 1951 (1) defin�a la libido como "una manifestaci�n vegetativa del instinto sexual�, se�alando que "El instinto sexual,.. como expresi�n de la energ�a que cada ser viviente desarrolla para perpetuarse en la especie, aparece a cada instante". Pero la sexualidad es mucho m�s que un instinto Hay que entender el sexo como una actividad de relaci�n afectiva interhumana. Solo es instintivo la capacidad para la excitaci�n sexual y el orgasmo. Los patrones sexuales son h�bitos que se adquieren y que tienen diferencias individuales, en funci�n de las caracter�sticas personales, la experiencia previa y el ambiente cultural en que se desenvuelve el individuo.

La sexualidad forma parte del desarrollo normal del ni�o y el adolescente. Desde la primera infancia el ni�o experimenta sensaciones placenteras al tocarse, al ser acariciado y besado, y observa las expresiones de afecto y las actitudes sexuales de los adultos que le rodean, que en ocasiones trata de imitar. Durante el periodo prepuberal se establece la identidad sexual y el ni�o continua recogiendo informaci�n sobre la sexualidad a partir de los amigos, los maestros y la familia. En esta etapa el ni�o puede desarrollar una actitud negativa hacia la sexualidad si descubre que los adultos evitan hablar de las partes de su cuerpo relacionadas con la sexualidad, las describen con eufemismos o rechazan cualquier tipo de conducta relacionada con el sexo, incluidas las que el ni�o puede manifestar espont�neamente, como la erecci�n (2).

Al iniciarse la pubertad aumenta la preocupaci�n por la sexualidad. En la primera etapa de la adolescencia es frecuente la masturbaci�n y las fantas�as sexuales, en ocasiones con compa�eros del mismo sexo, motivando dudas sobre la orientaci�n sexual, con ansiedad y sentimientos de culpa. La masturbaci�n es m�s frecuente en los chicos que en las chicas. Generalmente est� motivada por la curiosidad y el deseo de disfrutar un placer intenso. M�s adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o de tensiones.

En la adolescencia media suelen producirse los primeros contactos f�sicos (intercambios de besos y caricias) como una forma de exploraci�n y aventura y en la adolescencia tard�a habitualmente se inician las relaciones sexuales que incluyen el coito. A diferencia del adulto, la actividad sexual del adolescente suele ser espor�dica, con periodos prolongados durante los cuales el adolescente permanece en abstinencia. Muchos adolescentes mantienen lo que se denomina una "monogamia seriada", con enamoramientos intensos y apasionados, pero de duraci�n m�s corta que la del adulto. Son m�s frecuentes las disfunciones sexuales, que pueden guardar relaci�n con: temor al embarazo, a ser descubiertos, conflictos de conciencia o actuar bajo presi�n de la pareja. Tambi�n influyen las condiciones en que muchos adolescentes mantienen relaciones sexuales, de forma inc�moda y r�pida (en los asientos de un coche, en un rinc�n oscuro de una discoteca o de la calle, en los cines, etc.).


FACTORES QUE INFLUYEN EN LA CONDUCTA SEXUAL DE LOS ADOLESCENTES.


Discrepancia entre madurez f�sica y cognoscitiva. La edad de la menarquia se ha ido adelantando, mientras que por otro lado, las condiciones sociales, con alargamiento del periodo de estudios, mayor �ndice de paro, dificultades para conseguir vivienda, etc. hacen que hasta una edad avanzada (por encima de los 25 o 30 a�os) la mayor�a de los j�venes no se emancipen de su familia.

Percepci�n de invulnerabilidad. El sentimiento de inmortalidad, de estar protegidos de las consecuencias desfavorables, que pueden ocurrir a otros, pero no a ellos, forma parte de las caracter�sticas normales de la adolescencia y favorece las conductas arriesgadas.

Tendencia a imitar el modelo de conducta sexual del adulto que se muestra en los medios de comunicaci�n. Actualmente es muy frecuente la utilizaci�n del sexo con fines comerciales en los medios de comunicaci�n, lo que induce a la pr�ctica sexual y transmite una imagen alterada de la conducta sexual, basada en la violencia, el sexo como mero divertimento y el sexo �sin culpabilidad� (3).

Mayor libertad sexual. La generaci�n de padres de los adolescentes actuales, pas� su infancia en un ambiente moral muy r�gido, dominado por la iglesia, pero vivi� en su adolescencia (d�cada de los 60) una serie de acontecimientos que impusieron un cambio de la sociedad. Se propagan las ideas de Sigmund Freud sobre la influencia del sexo en todas las facetas de la vida humana, se comercializan los primeros anticonceptivos orales, surge el movimiento Hippy, la revoluci�n estudiantil de Mayo del 68 y la lucha feminista por la igualdad y la liberaci�n sexual de la mujer (4-6). Todo ello explica que la sociedad y la familia actual sean m�s liberales y permisivas.

Preocupa el hecho de que la mayor libertad sexual de que gozan los j�venes en nuestra sociedad puede estar favoreciendo el inicio muy precoz de la actividad sexual. Se ha comprobado que tanto la educaci�n en un ambiente familiar muy permisivo, como en una familia con normas muy r�gidas o autoritarias conduce a una mayor precocidad en el inicio de las relaciones sexuales. Los hijos de padres moderados en cuanto a sus pautas educativas y que dosifican la libertad de acuerdo con la edad de sus hijos, son los que inician m�s tarde las relaciones sexuales. Por otro lado, se ha observado una asociaci�n entre inicio precoz de relaciones sexuales en la adolescente (15 a�os o antes) y una mayor incidencia de problemas ginecol�gicos y psicosociales en la vida adulta (actitud negativa hacia su propio cuerpo, conductas fuera de norma, fracaso en los estudios, etc.) (7).


Actitudes y valores sobre el comportamiento sexual. La decisi�n del adolescente de tener relaciones sexuales cuando se siente atra�do por alguien depender� de par�metros como: expectativas sobre el nivel de estudios (los adolescentes que piensan ir a la universidad retrasan m�s tiempo su primera relaci�n sexual) y sus actitudes y valores respecto a la sexualidad, que pueden a su vez estar influenciados por las actitudes familiares y culturales. En un reciente estudio, basado en modelos de regresi�n m�ltiple, Werner (8) sobre una muestra de 1600 adolescentes, demuestra que las actitudes sexuales en la mujer est�n m�s influenciadas por factores familiares (comunicaci�n con los padres, participaci�n de �stos en la educaci�n sexual, etc.), mientras que en los hombres est� m�s influenciada por factores individuales (edad, religi�n, autoestima, etc.). En general la mujer tiene una sexualidad menos centrada en los aspectos genitales que el hombre, y valora m�s los aspectos de relaci�n.


CONDUCTA SEXUAL DE LOS ADOLESCENTES

La tasa de infecci�n por el VIH se est� incrementando r�pidamente. El 20% de los casos de SIDA se dan alrededor de la segunda d�cada de la vida y probablemente contrajeron el virus durante su adolescencia. Como no se dispone a�n de una vacuna eficaz, todos los esfuerzos para el control de esta enfermedad se han centrado en los programas escolares de educaci�n sexual.

Con el objetivo de conocer los patrones actuales de conducta sexual de los adolescentes en nuestro medio, y valorar si las campa�as de prevenci�n del SIDA han producido alg�n cambio en el comportamiento sexual de los adolescentes, hemos analizado los resultados de tres encuestas que realizamos a lo largo de los �ltimos doce a�os, las dos primeras de ellas en 1988 y 1992 (9) y la �ltima en este a�o 2000, en un total de 938 adolescentes y adultos j�venes, con el mismo rango de edades (16 a 21 a�os, edad media: 18.9�1.9 a�os en 1988, 18.8�2.6 a�os en 1992, 18.5�1.6 en 2000) y efectuadas en los mismos centros escolares y universitarios, con el fin de unificar las variables demogr�ficas y sociales. El 96% de la muestra manifestaron tener una orientaci�n heterosexual, y el 4% restante se consider� homo o bisexual. La proporci�n de adolescentes que practican la religi�n cat�lica ha disminuido del 48% al 33% actual.

Coincidiendo con publicaciones previas (10-13), los resultados de nuestro estudio sugieren que la actividad sexual entre los adolescentes ha aumentado en la �ltima d�cada, especialmente en las mujeres (figuras 1 y 2), y se est� adelantando la edad de las primeras experiencias sexuales (besos, caricias) (m�ds: hombres: 1988-92: 14.2�2.1 a�os, 2000: 13.1�3.2 a�os; mujeres: 1988-92: 15.2�1.9 a�os, 2000: 14.1�2.0 a�os) as� como la edad de inicio de las relaciones sexuales completas (m�ds: hombres: 1988-92: 16.5�1.6 a�os, 2000: 15.7�1.7 a�os; mujeres: 1988-92: 17.2�1.7 a�os, 2000: 16.5�1.5 a�os).

En comparaci�n con los chicos, las adolescentes valoran m�s los aspectos afectivos de la sexualidad (alrededor del 60% consideran que lo m�s importante es el amor), muestran mayor rechazo hacia la pornograf�a, inician m�s tarde las relaciones sexuales y tiene tendencia a unas relaciones m�s formales (el primer compa�ero sexual fu� el novio en aproximadamente el 90% de las adolescentes) y estables, con un n�mero medio de compa�eros sexuales/a�o menor que los hombres (1.1�1.2 vs 1.4�0.9, diferencias no significativas).

Actualmente se est� proporcionando m�s informaci�n en la escuela y en la familia sobre sexualidad (figura 3) y sobre prevenci�n de SIDA (figura 4), ha aumentado el miedo al contagio de SIDA, valorado en una escala de 0-10 (m�ds: 1988: 6.7�3.5, 1992: 7.9�2.8, 2000: 8.5�2.5, p<0.001), y la utilizaci�n de preservativos entre los adolescentes sexualmente activos. Paralelamente ha disminuido el empleo de m�todos anticonceptivos ineficaces, como el coitus interruptus (figura 5). Tambi�n ha aumentado la proporci�n de adolescentes que consideran satisfactorias las relaciones sexuales. El principal problema siguen siendo los sentimientos de miedo que experimentan en torno a un 40% de los adolescentes (figura 6).


DEBATES SOBRE EDUCACION SEXUAL


�Induce el inicio de relaciones sexuales?. Numerosos estudios han demostrado que no induce el inicio m�s precoz de relaciones sexuales ni influye en la frecuencia de la actividad sexual en los adolescentes (14).

�Debe promover la abstinencia?. Contin�an los debates respecto a si la educaci�n sobre sexualidad debe basarse en la "abstinencia" o incluir informaci�n acerca de que hacer si los adolescentes no se abstienen (15). Aunque se considere la abstinencia la mejor manera de evitar problemas, la realidad es que muchos adolescentes no hacen caso de esa recomendaci�n.

�Cu�les deben ser los objetivos de la educaci�n sexual?. Los objetivos de la educaci�n sexual para estos adolescentes que no consideren la abstinencia como una opci�n viable, es lograr que se posponga la iniciaci�n sexual y que la sexualidad se exprese de forma responsable (16, 17).

�Qu� condiciones debe reunir el educador?. La persona que realice la educaci�n sexual (padres, profesores, m�dicos u otros profesionales sanitarios) deben tener en cuenta los siguientes factores:

- Adaptarse al grado de madurez del adolescente. Puede existir gran diversidad en el nivel de maduraci�n y el desarrollo emocional de los adolescentes, aunque se encuentren en el mismo curso escolar y con la misma edad, por lo que se debe individualizar la educaci�n sexual.

- Procurar que sus propias actitudes y valores en relaci�n con la sexualidad no influyan en la persona que va a recibir informaci�n sobre sexualidad.

- Promover el aprendizaje de un nuevo rol de g�nero. En la sociedad actual, y debido fundamentalmente a la incorporaci�n de la mujer al mundo laboral, que le ha dado la posibilidad de ser econ�micamente autosuficiente, los roles tradicionales masculinos y femeninos, se han modificado o han desaparecido (18). No se debe ense�ar a los ni�os y adolescentes a rechazar o reprimir las conductas que tradicionalmente se consideraban como propia del otro sexo, ya que cada vez son menos las conductas espec�ficas de un solo sexo.

�Donde realizar la educaci�n sexual?. La escuela puede ser un lugar adecuado para informar y educar sexualmente a los alumnos, ya que permite acceder a un elevado n�mero de j�venes, antes de que inicien una conducta sexual de alto riesgo, que una vez establecida ser�a dif�cil de modificar (16).

Una estrategia poco utilizada, pero eficaz, es el empleo de compa�eros escolares especialmente entrenados para actuar como educadores. Ofrecen las siguientes ventajas: (a) Representan una fuente de informaci�n m�s cre�ble para los otros alumnos. (b) Pueden comunicar la informaci�n en el mismo lenguaje que usan los destinatarios de la misma, por lo que les resultar� m�s comprensible, y (c) Pueden actuar como modelos positivos (16).

Hay que contar tambi�n con la familia y los profesionales sanitarios, para que refuercen las actitudes y conocimientos sobre patrones de conducta sexual segura y responsable ense�ados en la escuela.





PAPEL DEL PEDIATRA EN LA EDUCACION SEXUAL DEL ADOLESCENTE.

El pediatra puede desempe�ar un papel importante en la educaci�n sexual del adolescente, pero para ello necesita una preparaci�n adecuada y modificar las caracter�sticas de la sala de espera y de la consulta, para destinarla a adolescentes, de forma que no se sienta tratado como un ni�o.

La educaci�n sexual debe incluir los siguientes aspectos:

Aclarar las preocupaciones sobre comportamientos sexuales. Para facilitar el dialogo puede ser de utilidad que antes de la entrevista, el adolescente conteste por escrito un peque�o cuestionario previo con preguntas sobre sus principales motivos de preocupaci�n, en un ambiente adecuado, donde tenga intimidad. La comunicaci�n ha de ser abierta, honesta y sin pretender juzgar o moralizar. Es importante asegurar el derecho a la confidencialidad (19).

Al realizar la anamnesis adem�s de la historia sexual, debemos obtener informaci�n acerca de: uso de anticonceptivos, s�ntomas ginecol�gicos (flujo, prurito vaginal, dismenorrea,..), h�bito de consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, rendimiento escolar, relaciones con la familia y los amigos y s�ntomas depresivos (sentimientos de tristeza o soledad, pensamientos suicidas,..).

En la adolescencia es frecuente la asociaci�n de conducta sexual de riesgo (inicio precoz de relaciones sexuales, promiscuidad sexual) y consumo de sustancias t�xicas, de tal manera que la identificaci�n de una de estas conducta debe llevarnos a indagar la otra (20). Otros factores que se relacionan con una conducta sexual fuera de norma son: mal rendimiento escolar, abuso sexual o asedio por parte de un adulto, falta de apoyo de los padres, trastorno de la relaci�n madre-hija y situaciones de carencia afectiva o de abandono, con baja autoestima. En la mujer la promiscuidad sexual tambi�n puede corresponder a la manifestaci�n de un cuadro depresivo (21).

Explicar los cambios corporales en la pubertad. Esto se puede realizar al mismo tiempo que se efect�a el examen m�dico del adolescente o preadolescente. Proporcionar informaci�n sobre anticoncepci�n. El embarazo en la etapa adolescente, representa un embarazo de alto riesgo, y adem�s supone una importante p�rdida de oportunidades para el desarrollo personal y el �xito econ�mico futuro (22).

Algunos adolescentes posponen la pr�ctica del coito vaginal hasta etapas m�s avanzadas, pero participan en otras conductas sexuales, como la masturbaci�n heterosexual, el sexo oral o el coito anal, que en un elevado porcentaje de los casos (hasta un 70%) se realiza sin protecci�n y expone al contagio de ETS (23, 24). Debemos evitar que el adolescente homosexual se sienta marginado y rechazado, y se vea obligado a fingir, a ocultar su orientaci�n sexual, y a mantener relaciones con desconocidos (4) en circunstancias que incrementan el riesgo de ETS.

Preservativos. Las principales ventajas de los preservativos son: su bajo precio, que no hace falta receta y su eficacia para prevenir las ETS, incluida el SIDA. Hay que advertir a los adolescentes sobre el hecho de que su eficacia depende de su utilizaci�n adecuada y constante y sobre su escasa seguridad en la prevenci�n del embarazo (tasa de fracasos del 15%) si se emplean como �nico m�todo anticonceptivo.

El empleo conjunto de preservativo por el var�n y un espermicida por la adolescente es muy eficaz, tanto para prevenir embarazos (tasa de fracasos del 2%) como para prevenir las ETS. Se ha comprobado que uno de los agentes que se utiliza como espermicida, el nonoxinol-9, es letal para gonococos y espiroquetas. (25).

Anticonceptivos orales. Es el m�todo anticonceptivo m�s eficaz (tasa de embarazos en torno a un 0.8%). El Comit� de Adolescentes de la Asociaci�n Americana de Pediatr�a recomienda practicar un examen ginecol�gico completo a las adolescentes antes de que comiencen a tomar anticonceptivos orales o en los tres meses siguientes (25).

Anticoncepci�n postcoital. Si se interviene el las 72 horas posteriores a una relaci�n sexual sin protecci�n se puede reducir el riesgo de embarazo administrando dosis altas de anticonceptivos orales que combinan progestagenos y estr�genos (2 dosis de anticonceptivos seguida de otras 2 dosis, 12 horas despu�s). Se debe realizar un test de embarazo antes de administrar los anticonceptivos y 3 semanas despu�s, con el fin de detectar si ha habido fallo en el tratamiento (25).

Screening peri�dico de las E.T.S. En adolescentes sexualmente activos hay que realizar anualmente una citolog�a vaginal, un VDRL, pruebas inmunol�gicas para detectar Clamidia y cultivo de gonorrea. En los adolescentes que tienen una conducta sexual de riesgo (relaciones sexuales con m�ltiples parejas, intercambio de sexo por dinero o drogas, ..) tambi�n se deben determinar los Ac del virus de la inmunodeficiencia humana y los anticuerpos del virus de la Hepatitis B, si no est� vacunado. Debido a las enormes implicaciones sociales y sanitarias de un resultado positivo en la prueba del VIH, se recomienda que esta prueba se realice de forma confidencial y despu�s del consentimiento del adolescente (20).

Fomentar una sexualidad responsable. La educaci�n sexual no debe quedar reducida a una mera enumeraci�n de m�todos anticonceptivos. Debemos fomentar una sexualidad responsable. Uno de los requisitos para ello es que exista la madurez suficiente en ambos componentes de la pareja. Tambi�n es importante que la relaci�n se de en un plano de igualdad y de mutuo consentimiento, con total conocimiento de las posibles consecuencias y debe resultar placentera para los dos.

 



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