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DEL DIA A DIA
- EL DÍA DE LA LUNA -
Identificada con Diana, la diosa femenina de la luz. La mujer, la casa, la familia.Medicina

¿SERÁ POR NOMBRES…?

Si lo que no importa nada no tiene ningún nombre, sino que está perdido en el mar inmenso de lo genérico, lo que mucho importa, muchos nombres tiene, y tantos más, cuanto más importa. Por ahí hemos de deducir la gran importancia más que del alcohol o del vino, del beber; y no del simple beber, sino del beber en exceso, es decir de la borrachera (que no del alcoholismo). Y como nuestra lengua ha sido sumamente generosa en denominaciones, ahí van a chorro las que he encontrado en los diccionarios y en la memoria. Seguro que todo lector conoce otras. Sirvan, pues, las que van a continuación, para avivar la memoria:

ahí va una cincuentena de denominaciones del bebedor en todos sus grados y con todas sus gracias: achispado, ahumado, ajumado, alegre, alumbrado, azumbrado, bebdo, bébedo, bebedor, bebido, beodo, beudo, colocado, piripi calamocano, caneco, chamicado, chispo, chispado, copetón, como una cuba, hecho un cuero, ebrio, mareado, potado, piorno, pellejo, odre, zaque, alegre, entre dos luces, difunto de taberna, a medios pelos, moros van moros vienen, entre Pinto y Valdemoro, sahumado, temulento, tiznado, mamado, acocullado, bebedor, empinador, piador, borrachín, catavinos, hecho una uva, mosquito, potista, tumbacuartillos, vinolento, dipsómano, dipsomaníaco, ditirámbico alcoholizado, alcohólico, espita… En cuanto a la borrachera, no está nada mal la colección de nombres que tiene; he ahí unos pocos: embriaguez, ebriedad, vinolencia, temulencia, crápula, curda, bomba, chinga, chispa, cogorza, fiesta etílica, delirium tremens, filoxera, humera, juma, jumera, lobo, melopea, mona, papalina, pea, perra, pítima, tablón, tajada, tranca, trompa, turca, zorra, merluza, cambalada, moscorra, mordaza, moña, chucha, zamacuco… Y si nos pasamos al verbo, tampoco le faltan recursos y gracias: beber, empinar el codo, mamar, abombarse, alegrarse, apuntarse, amonarse, asomarse, coger un cernícalo, emborracharse, embriagarse, encandilarse, pillar un lobo, coger un lobo, pillar una zorra, hacer eses, tener la lengua gorda, tropezar en las erres, estar hecho una lía, estar hecho una equis, subirse a predicar, arrimarse a las paredes, ser un colador, estar como una esponja, hacerle candelillas los ojos… La nomenclatura culta es de carácter genérico: alcoholismo, vinolencia, dispomanía, y hace referencias a Baco (Lácrima Bacchi es una denominación de vino), Diónisos, bacante… Y en cuanto al último desenlace, el vocabulario llega ya empobrecido: dormir la borrachera, dormir la mona, dormir la zorra, dormir el lobo, desollar el lobo, desollarla, cargar delantero… es la resaca. No sabemos si es que le ponemos al mal tiempo buena cara, o es que realmente vemos los efectos del alcohol con tanta gracia como parece verlos el genio de nuestra lengua. Porque la verdad es que la familia en que cae este problema con todo su peso, más tiene para llorar que para ir haciendo y diciendo gracias, y el pueblo que es afligido por este azote, no es como para estar ufano. Dicen que actualmente en Rusia el alcohol vuelve a ser con mucho la primera causa de mortalidad. También en nuestras latitudes el alcohol mata más que las guerras, sobre todo ahora que hay que cargar en su cuenta un porcentaje muy considerable de los accidentes de circulación. Pero mientras tengamos al tabaco como el peor enemigo de la salud, el alcohol puede estar tranquilo: la propaganda pierde eficacia si lucha en dos frentes a la vez.

EL ALMANAQUE examina hoy el término alcoholismo.