EL ALMANAQUE DE LA MEDICINA Y LA SALUD

Hinojo "argentino"

En una de las primeras entregas de esta sección, hablamos del hinojo y de la pasión que los romanos sentían por esta planta de la familia de las umbelíferas.

Su entusiasmo era tal que pensaban que si tenían un poco de hinojo en su casa estarían a salvo de cualquier enfermedad. Era usado por todos, desde los gladiadores que los consumían habitualmente para conseguir fuerza y valentía, hasta el tendero del mercado, pues era uno de los ingredientes básicos a la hora de confeccionar el pan. No obstante, y pensando en la salud, los romanos lo utilizaban frecuentemente para tratar toda clase de problemas oculares.

Es muy posible que los romanos trasladaran este "amor" por el hinojo a muchos de los pueblos mediterráneos que con el tiempo también lo incorporaron en su arsenal terapéutico. Seguramente debido a esto, cuando los españoles cruzaron el "charco" y comenzaron a colonizar las tierras americanas, se llevaron consigo el hinojo.

Fue en Argentina donde especialmente esta planta arraigó con más fuerza y sus pampas llegaron a convertirse, espontáneamente, en un magnífico campo de cultivo. Ya sea por la herencia española relacionada con el conocimiento de las acciones curativas del hinojo, o por la cantidad de italianos que también llegaron a aquellas tierras teniendo esa misma "sapiencia" o simplemente por la propia experimentación de la población nativa, lo cierto es que los gauchos se "aficionaron" a usar el hinojo para tratar problemas oculares. 

Fue en Argentina donde especialmente esta planta arraigó con más fuerza y sus pampas llegaron a convertirse, espontáneamente, en un magnífico campo de cultivo. Ya sea por la herencia española relacionada con el conocimiento de las acciones curativas del hinojo, o por la cantidad de italianos que también llegaron a aquellas tierras teniendo esa misma "sapiencia" o simplemente por la propia experimentación de la población nativa, lo cierto es que los gauchos se "aficionaron" a usar el hinojo para tratar problemas oculares.

Curiosamente, era común que las mamás masticasen hinojo para después echar su aliento sobre los ojitos de sus bebés, para prevenirles de afecciones oculares. Sin duda alguna, una forma menos peculiar, pero seguramente más efectiva, para tratar las irritaciones de los ojos, podría ser la aplicación sobre los ojos de compresas tibias, empapadas pero bien escurridas, de una infusión de semillas de hinojo.

Las aplicaciones y los usos del hinojo no se limitan al ámbito de la oftalmología, ya que también se suele usar para prevenir las flatulencias y calmar el dolor de estómago, así como incluso para ayudar a disolver los cálculos renales.

Además, las bases hipertrofiadas de los pecíolos foliares de algunos tipos de hinojo, forman una estructura bulbosa con un sabor parecido al del apio, que se blanquea y se consume cruda o cocida. El hinojo también es apreciado por sus virtudes como condimento aromático.

El hinojo nos ha demostrado que no han existido fronteras capaces de detenerlo y que ha sido capaz de "someter" con sus "poderes" a muchas culturas y pueblos tan diferentes y distantes como la Roma imperial o la inmensa pampa argentina.