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EL ALMANAQUE DE LA MEDICINA Y LA SALUD

Comer fuera de casa y no engordar 

Si nos levantamos mucho más temprano, porque la hora de entrar es a las 7 de la mañana, nos veremos obligados a realizar un desayuno algo más fuerte, ya que el cuerpo precisará alimentos para poder aguantar perfectamente hasta la hora de comer. Lo ideal será un desayuno con cereales, que podemos combinar con un pequeño bocadillo de jamón en dulce y una zanahoria cruda que completará este "tente-en-pie". Si el pan es integral mucho mejor. Durante el resto de la mañana debemos evitar picotear cualquier clase de alimento, y beber agua como alternativa al apetito.

El almuerzo puede ser muy variado. En invierno una sopa de pasta sin grasa; en verano una ensalada a la que se puede agregar huevo duro, tomate, lechuga, olivas e incluso algún tipo de queso que no sea graso. Todo ello aliñado con aceite vegetal.

Para segundo plato podemos optar por cien gramos de carne o doscientos de pescado. Huiremos de los fritos, pero podemos comer una vez o dos a la semana una tortilla a la francesa o tortilla de patata. Las verduras también pueden ser una buena alternativa, siendo la cantidad más adecuada unos 150 gramos.

Como postre lo más recomendado siempre es fruta, especialmente la más adecuada para la época del año. También podemos optar por un yogur sin azúcar o 100 gramos de queso que no sea graso.

La vida actual obliga a muchas personas a comer cada día fuera de sus casas. Las jornadas laborales mantienen unos horarios que no permiten desplazarse hasta el domicilio para comer en él. Por otra parte, en la mayor parte de las ocasiones, los domicilios están alejados de los lugares de trabajo y cualquier desplazamiento significa la pérdida de horas inestimables.

La mayor parte de las empresas, especialmente de servicios, han establecidos horarios que solo permiten disponer de una hora para realizar un corto almuerzo. El problema que origina este nuevo tipo de vida es que, comer fuera de casa puede comportar un aumento de peso, ya que las comidas rápidas acostumbran a estar cargadas de grasas.

¿Podemos comer fuera de casa y seguir manteniendo nuestro peso? Si, siempre que huyamos de determinados alimentos preparados y decidamos llevar un régimen adecuado.

Evidentemente debemos evitar las grasas y los grandes bocadillos. Los bocadillos de salchichas de Frankfurt, o similares, no son los más adecuados para mantener la silueta. Tampoco son recomendadas las pizzas, pastas o realizar comidas a base de bollería. Comer carne, si no se es vegetariano, debe tener sus límites. La carne no es nunca un alimento recomendado por sus toxinas y otros aspectos insanos que no vamos a exponer aquí, pero si se come carne siempre deben ser magras y sin grasa. Los pescados pueden ser azules y se recomienda un consumo de tres por semana; aunque siempre son preferible pescados blancos a los que no se pone ninguna limitación. El pescado siempre se digiere mejor que la carne y no presenta un aporte de grasas.

En cualquier caso es recomendable beber dos litros de agua al día y no consumir bebidas alcohólicas. También es aconsejable evitar las bebidas que contengan gran cantidad de azúcar, especialmente los refrescos gaseosos azucarados. Finalmente los postres pueden desequilibrar toda una dieta sana, ya que tanto los helados como la repostería pueden hacer aumentar en minutos ese peso que estamos defendiendo durante la comida.

Si nuestro horario es normal, es decir, entrar a trabajar a las 9 horas y almorzar a las 13 horas aproximadamente, podemos realizar un desayuno sencillo a base de café o té sin azúcar. Si bebemos leche procuraremos que sea descremada o, en su defecto, tomaremos un yogur sin azúcar. Podemos acompañar este desayuno con 30 gramos de pan o dos biscotes.