GUARDERÍA
Los diccionarios prácticamente ignoran esta palabra. Los
antiguos se refieren a los sistemas de guarda rural y de instituciones aún más antiguas
de guarda; y los modernos pasan de puntillas por las que con el adjetivo añadido de infantil
definen como "Establecimiento donde se tiene y cuida durante algunas horas, por
ejemplo mientras están sus madres en el trabajo, a los niños pequeños (María
Moliner). O Establecimiento destinado al cuidado de los niños durante las horas en que
sus padres, por exigencias del trabajo, no pueden atenderlos. (Sin. Guardería
infantil.)" es la definición de la Larousse después de otras dos definiciones: "Ocupación
y trabajo del guarda" y "Coste de los guardas de una finca
rústica". Es de notar que en ambas definiciones se trasluce la mala conciencia,
por lo que van acompañadas del pretexto: en una y otra se hace una referencia absurda a
la limitación horaria, como si fuese "en seguida vuelvo a recogerlo" (¡son
más las horas de guardería que las de escuela!); y en ambas se explicita la excusa, la
razón por la que se deja el niño para que lo guarden "sólo durante unas
horas": es por razones de trabajo. Y en la definición de la Larousse se ahonda aún
más en la justificación: no pueden atenderlos por exigencias del trabajo. De
donde se infiere que si desapareciese la motivación, desaparecería el hecho. O mejor
explicado: la razón de ser de las guarderías es efectivamente guardarles los niños a
los padres mientras están en el trabajo. Y claro, los dejan con el mismo dolor de
corazón con que dejan a los viejos en las residencias porque no les caben en casa o
porque no les pueden atender o porque no caben ya en sus vidas.
El verbo guardar y sus derivados nos lo hemos
traído del germánico ward, que es mirar, hacer de vigía, y de ahí vigilar y
guardar. La forma principal de guardar era y es mirando, mirando por, atalayando. Al
italiano le ha quedado el verbo guardare, que significa "mirar". En
francés tienen re-garder, de un antiguo garder, también para mirar,
observar. En español nos queda tan sólo la exclamación "¡Guarda!", que
significa "¡Mira!", "observa", "¡Fíjate!",
"¡Cuidado!" (la forma popular suele ser: ¡Guarda, Pablo!) como la
referencia más próxima al significado primitivo de este verbo. Fuera de este caso,
probablemente de influencia italiana, el verbo se decantó hacia el significado de
guardar, como se desprende de su numerosa parentela: guarda, guardia, guardián, guardar,
guardería, vanguardia, retaguardia, vanguardista, aguardar, guardarse, guardaagujas,
guardabarros, guardamuebles, guardapolvo, etc. resguardarse, resguardo, guardilla
(buhardilla)
transfiriendo el significado visual a "catar" (de ahí el
cata-lejos).
Lo mejor que se podría decir de la guardería hubiese sido
precisamente que su actividad estaba centrada en la observación del niño. Se hubiese
disuelto en este significado todo el desdoro que se intentó disimular en el de guardar,
porque realmente la mejor atención que se le puede ofrecer a un niño de guardería es
observarlo para estar seguro de que no se produce ninguna anomalía en su libre hacer. Y
si es un bebé, además de observarlo, darle contemplación.
Mariano Arnal
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