La humanidad, para la que el agua es la vida
misma, quiso ver reflejado en las estrellas
su anhelo de que nunca le faltase este medio
de subsistencia. La constelación de Acuario,
el aguador, el suministrador de agua, tiene
como origen el cuadrado del Pegaso, en el
que los antiguos quisieron ver el cántaro
del que salía el agua, y luego una larga y
sinuosa sucesión de grupos de estrellas que
evocarían el río. Para los egipcios, el Nilo;
para los árabes españoles, el Guadiana o el
Guadalquivir.
Al agua van asociadas todas las bendiciones.
Dan por supuesto todos los astrólogos que
quienes nacieron en el cielo de Acuario
tienen una fuerte tendencia a la virtud y a
la bondad, y una notoria habilidad en las
artes e industrias, especialmente las que
guardan alguna relación con el agua. Son una
bendición. Sólo han de tener en cuenta,
estas personas y quienes con ellas conviven,
que el agua mansa también se alborota cuando
la azotan los vientos, o cuando se llega a
nivels muy altos de saturación.
El agua es buena, y los acuarios también, si
se les sabe tratar.
Si naciste entre el 21 de enero y el 19 de
febrero, en los cielos del Aguador naciste.
Presagios de abundancia, de capacidad
profesional, de grandes oportunidades tanto
en el trabajo como en el amor y en el
dinero, te acompañarán toda la vida, que las
estrellas no mienten. Pero aplícate el
refrán, "con el mazo dando".