TRAUMA
Del griego trauma / tráuma
(el genitivo es traumatoV / tráumatos,
y a partir de él se forman traumatología y sus derivados), significa "herida".
No sólo mantenemos su forma y significado, sino también su campo léxico sin variación
alguna. El verbo traumatizar lo hemos sacado de traumatizw (traumatítzo), que significa en griego herir, y cuyo uso hemos
reservado en español a los traumas psíquicos. La palabra traumatismo es la misma en
griego: traumatismoV (traumatismós),
y el adjetivo traumático es transcripción fiel de traumatikoV
(traumatikós). Ya en griego se usó toda esta
terminología no sólo para heridas físicas, sino también para otras heridas y
desastres. Hablando de guerra, una de las formas de llamar a la derrota o al desastre, era
trauma (tráuma). También se
aplicaba este término a otros daños físicos en el orden de las averías, desperfectos y
estragos.
A diferencia del griego clásico, en que nunca perdieron estas palabras su valor de
herida, actualmente se ha especializado el término trauma en el aspecto psíquico
y traumatismo en el especto físico. Se suele entender por trauma o "trauma
psíquico", todo suceso o experiencia muy impactante vivido por un sujeto, que le
produce diversos trastornos que a menudo dejan secuelas. Se habla propiamente de trauma
psíquico cuando el desencadenante del mismo es de tal intensidad que el sujeto es incapaz
de responder adecuadamente. El individuo está desbordado por la cantidad o por la fuerza
de las emociones recibidas. En cambio se habla de traumatismo para referirse a lesiones
orgánicas producidas por agentes mecánicos ( choques, impactos, aplastamientos,
torceduras, arrastres, fracturas esguinces, incisiones); por agentes físicos (quemaduras,
congelación, electrocución, exceso de radiaciones, efectos de compresión y
descompresión por onda expansiva de las explosiones, ahogamiento); y traumatismo por
agentes químicos (contacto interno o externo con productos cáusticos, ácidos, etc.,
intoxicación por gases vesicantes, asfixiantes, lacrimógenos, etc.).
Es evidente que aparte de otras causas capaces de producir traumas psíquicos, los
propios traumatismos orgánicos presentan cuadros que conducen a éstos, y que se engloban
bajo la denominación de shock traumático. En efecto, entre los daños ocasionados
por accidentes violentos, es muy frecuente que se curen más rápidamente y de forma más
definitiva los traumatismos físicos que los traumas psíquicos, e incluso que
desaparezcan todas las marcas físicas del episodio, pero queden imborrables las marcas
psíquicas. De hecho se ha considerado el llamado shock traumático como un
mecanismo de autointoxicación. Lo que parece verosímil y probable es que el concepto de
trauma psíquico haya nacido para denominar las afecciones psíquicas que suelen
acompañar a los episodios traumáticos y que de ahí haya pasado a denominar (primero
conjuntamente, y luego en exclusiva) los daños psíquicos producidos en el ámbito
puramente psíquico. De todos modos, desde el punto de vista léxico todo el grupo de
palabras relacionadas con trauma se ajustan de maravilla a lo que quieren significar.
Mariano
Arnal
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