DISCIPLINA
Es muy interesante la expansión semántica de disciplina. Partiendo de discere,
que significa aprender (recuérdese el doblete docente - discente;
el primero es el que enseña, el segundo el que aprende), se formaron discípulo, disciplina
(la disciplina y las disciplinas), disciplinado, indisciplinado,
díscolo, disciplinario. Es decir que ideando fórmulas para que el alumno aprendiese,
que de eso se trataba al fin y al cabo, se fue desarrollando y ampliando el concepto de
disciplina. En la actualidad el significado más usual de disciplina es el de
"conjunto de reglas para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de
un cuerpo". Y aquí nos quedamos. Para más ampliación recomiendo los diccionarios;
es muy interesante echarle un vistazo a todo el campo léxico. Llamo tan sólo la
atención sobre el adjetivo disciplinario, que finalmente es el sistema de
correctivos para devolver a los díscolos al camino de la disciplina.
Venimos del latín disco, discere, didici (reduplicado). Y
no tiene supino (tendría que haber sido didictum); no lo tiene porque no le hace
falta. El uso transitivo del verbo quedó arrinconado, para potenciarse cada vez más los
usos intransitivo e instrumental (discere armis = entrenarse en las armas).
Sospecho que la raíz es sc-, la misma de scio, scire,
saber, de donde deriva scientia = ciencia (dejo para otro momento las exploraciones
en este campo). Lo que está claro es que significa aprender y que su derivado disciplina
(su forma arcaica era discipulina) es el esfuerzo que hace el discípulus
por aprender. De ahí pasó a denominar por una parte el conjunto de condiciones
ambientales externas para que la actividad de aprender se pudiera desarrollar, y por otra
las actuaciones concretas para forzar el aprendizaje. En ambos casos estamos hablando de
presión externa o de esfuerzo propio. Es oportuno recordar que el verbo studere,
del que proceden estudiar y estudiante están exactamente en la misma línea de esfuerzo (ver web). Quizá la diferencia
más notable entre ambos es que siendo en origen el sujeto tanto del estudio como de la
disciplina el propio estudiante, la disciplina ha acabado siendo algo que le viene
impuesto desde fuera.
El problema es que se han aflojado muchísimo las dos fuentes de presión para forzar
el aprendizaje. El estudio es la obstinación del sujeto por conseguir algo (no es
precisamente este el retrato robot del "estudiante"); y la disciplina son las
condiciones externas y la presión ambiental para que el estudiante efectivamente estudie.
Desde el momento en que la escuela ha sustituido la disciplina (es decir el cultivo de las
condiciones más idóneas para que los discípulos aprendan) por un sistema disciplinario
cuyo objetivo no son ya las condiciones de aprendizaje, sino pura y simplemente las de
convivencia (y a veces de supervivencia) en la escuela, es que hemos desnaturalizado
seriamente las cosas. El haber substituido (de esto hace ya dos reformas) el aprendizaje
por la escolarización, es decir el hacer por el estar, ha cambiado profundamente las
cosas. Esto no se ha producido por inercia. Es el resultado de una filosofía y una
programación. ¿A beneficio de quién?
Mariano Arnal
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