Del adjetivo fundus, que significa "hondo" (la h es la huella
ortográfica de la f), han derivado fundación, fundamento, fundo, profundo,
infundio, difusión, confusión, etc. El primer problema de límites lo tenemos en la
bifurcación verbal: fundo, fundare, fundatum está claro que procede de fundus (hondo);
en cambio fundo, fundere, fudi, fusum, que significa verter, derramar fundir (y de
ahí hundir por una parte y fundición por otra, cuya sustantivación culta es
fusión). Si tuviésemos que deducir por los derivados terminados en -fusión,
buena parte de ellos igual se explican derivándolos de fundere como de fundare,
desde el momento en que el fundus o la profundidad tanto puede ir hacia abajo
como hacia adelante. De ahí que un fundo o un latifundio sea una finca a la que es
difícil verle el fondo echando la vista hacia delante. Fundus comparte frontera
también con funda, que es la honda (de nuevo la h recordándonos la f),
y la red de pescar, y luego la bolsa (de ahí enfundar); y ésta a su vez tiene una
frontera con funis (diminutivo, funículus), que significa cuerda (un
funicular es un tren arrastrado por una cuerda) y con funus (pl. funera),
que nos sitúa en lo funerario. Deslindar todos estos campos o determinar cuál es el
grado de parentesco que hay entre ellos, es tarea profunda (honda y extensa al mismo
tiempo). Dejando, pues, los campos colindantes, me quedo en el fundus del que salen
la fundatio y el fundamentum.
Fundare, derivado directamente de fundus, significa asentar algo
hundiéndolo en la tierra. Este es un término propio de la construcción que luego, por
analogía, se extenderá a otros campos. La acción de fundare se llama fundatio,
es decir la construcción de los cimientos. Y al resultado de la fundatio se la
denomina fundamentum, es decir "los cimientos" (raramente se usa
en singular). Hemos dejado en español el término "fundamento/s" como palabra
culta, destinada a las construcciones metafóricas, y hemos optado por
"cimientos", que procede también del latín. Caedimentum (caedere significa
cortar, tallar) se contrajo en caementum, que era el asiento de piedra tallada,
más o menos hundido en el suelo, sobre el que se edificaba. Pero quizá más que el
significado técnico y material que tienen los términos fundatio y fundamentum,
nos interesa su significado cultural, que ha sido determinante tanto en las ceremonias
fundacionales como en la estructura de los mismos; porque es justamente ahí, en los
fundamentos de las grandes edificaciones donde encontramos los fundamentos de las
respectivas culturas. Y he ahí que el principal hallazgo siempre son enterramientos,
probablemente porque justo ese es el fundamento de estas culturas. Y uno acaba
preguntándose si no podría ser la voluntad de ofrecer en sacrificio a los dioses de las
profundidades las víctimas más apreciadas en el rito de la fundamentación, lo que
abrió camino y dio forma a los enterramientos. Los sacrificios fundacionales, en que las
víctimas iban íntegras al fundamento de la nueva edificación (igual que en el
holocausto se convertían totalmente en humo), renunciando, por tanto, los participantes a
su habitual porción en el sacrificio, bien pudieron ser el inicio de los ritos
funerarios.