CREACIÓN
Libro del Génesis es como se llama el libro de la Creación. Y como no podía
ser menos, la de todo el universo es una especie de prólogo o marco en el que se produce
la creación del hombre. "Éste es el libro de la creación de Adán"; así es
como empieza el capítulo 5 del Génesis, cuyo título es en latín y griego derivado de gen.
Y en hebreo (Bereshit). Bereshit es una contracción de
la preposición "Be" ( En ) y la palabra "Resh" (
Cabeza ). Bereshit significa simplemente "En el principio".
Está claro que génesis significa creación y está
bastante claro que el objetivo del Génesis es dejar sentada la genealogía de los
judíos, que como todo pueblo en su respectiva mitología, es el centro del universo.
Lo que es ya bastante más difícil deducir de los textos bíblicos, es si los primeros
destinatarios de los mismos, entendían a Eloím Yahvé como "Creador" o como
"criador". Me limitaré a apuntar las posibilidades de que la respuesta vaya en
esta última dirección. El propio título del libro (Génesis), más el verbo
"crear", en vez de "hacer" o "construir" son ya un primer
indicio de que pensaban en transmisión de vida. Precisando aún más: el relato bíblico
de la creación utiliza para referirse a ésta en general y para la del hombre en
particular, el equivalente hebreo del verbo "crear"; mientras que para la
creación específica de las demás fases de la creación utiliza el verbo
"hacer". La versión de los 70 optó por unificar los dos verbos y traducir
siempre "hizo" ( epoihsen /
epóiesen), desde el primer verbo, que en el original hebreo es "creó".
Cuando llegamos al capítulo 5, en que se explicita el título del libro: "Este es el
libro de la generación del hombre". GenesewV anqrwpwn (genéseos anzrópon), del origen (del engendramiento) de los hombres,
dice la versión de los 70. Y Sigue diciendo epoihsen (epóiesen) donde el texto original dice "creó".
Afortunadamente la versión de la Vulgata es estrictamente fiel en esta cuestión.
Donde más se acercan en el texto bíblico los conceptos de creación y
generación (génesis, al fin y al cabo), es en el episodio del Diluvio universal. Cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre la tierra y les
nacieron hijas, los hijos de Dios (los de raza divina, prefieren traducir otros) (los
hijos de los Señores, creo que sería una traducción muy ajustada al término Eloim)
encontraron que las hijas de los hombres eran agradables y tomaron como mujeres todas las que les apetecieron... había gigantes en la
tierra aquellos días, y también después, porque cuando los hijos de los Señores (Eloím)
(de Dios, de raza divina) se unían con las hijas de los hombres, ellas les daban hijos,
que son los valientes (poderosos) de otros tiempos, hombres famosos. (Gén 6 1,2,4) Aquí,
en la traducción, ha hecho cada uno de su capa un sayo. Están por una parte los hijos de
Eloím, (¿de los Señores? ¿De Dios?) y por otra las hijas de Adam
(del hombre), y el resultado del cruce entre ambos son los asher (viri, según la
Vulgata, es decir "hombres libres" o "señores" o
"guerreros") , llamados también rafaím, una nueva raza de la que
dice Dios que son "carne" (beshar en hebreo, sarkaV /sárkas
= "carnes" en los 70), término que se usa también para denominar a los
animales (se supone que de carne) y eventualmente también al hombre, habrá que suponer
que despectivamente. Buen tema de meditación.
Mariano Arnal
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