ESPECIAL
SALUD
Y VACACIONES
Protección
Solar. Cuidarse en Verano.
Actualmente la sociedad
ha impuesto la moda del bronceado como símbolo de bienestar y salud.
Sin embargo, los baños de sol incontrolados constituyen un grave
peligro para la piel y nuestra salud ya que pueden conducir al
envejecimiento cutáneo prematuro, aparición de alergias o manchas y
pueden desencadenar lesiones cancerosas.
La piel es la defensa natural de nuestro organismo frente a lesiones
frente a las agresiones externas, siendo la pigmentación el factor de
protección por excelencia ante las radiaciones solares. Dicha protección
es insuficiente en personas sensibles o que abusan de exposiciones
prolongadas al sol.
Para que se produzca un bronceado satisfactorio y no aparezcan molestias
leves (alergia, eritema, prurito) o graves (quemaduras, cáncer de piel)
se tienen que utilizar correctamente los productos que protegen de las
radiaciones solares. Los fotoprotectores han evolucionado
considerablemente en los últimos tiempos y cubren una extensa gama de
necesidades, adaptándose perfectamente al tipo de piel y a las
circunstancias ambientales.
La radiación
Solar.
Los rayos luminosos que nos llegan a la tierra, según su longitud de
onda, pueden clasificarse en: UVC, UVB, UVA e IR (Ultravioletas A, B, C
e Infrarojos.). Pero en realidad los ultravioleta C no alcanzan la
superficie terrestre ya que son absorbidos completamente por la capa de
ozono, situada a unos 60 km. de altura. De ahí la importancia de
mantener íntegra dicha capa o de lo contrario las radiaciones que
llegarán a la tierra podrían ser destructivas para el ser vivo.
Efectos de la
radiación Solar
UVA:
Pigmentación directa e inmediata por fotooxidación enzimática.
Eritema mínimo
Envejecimiento cutáneo formación de radicales libres fotocarcinogénesis
UVB:
Antirraquítica: estimula la formación de vitamina D3
Eritema actínico (de 5 a 36 horas)
- Rosado
- Rojo
- Ciánico-edematoso( Azulado) y doloroso
- Desprendimiento flictenular (lesión cutánea con producción de
ampollas)
- Pigmentacióñ directa enzimática
- Fotocarcinogénesis epitelial (formación de tumores)
IR
Vasodilatación y sudoración-deshidratación
Eritema térmico o infrarrojo
Estimula la desnaturalización (ruptura) del ADN celular por los rayos
UV
Efectos Beneficiosos
de la radiación Solar.
• Pigmentación: La melanina producida es capaz de absorber la
mayor parte de las radiaciones solares que atraviesa la capa córnea.
Es, por tanto, el principal mecanismo de defensa del organismo frente a
la radiación solar.
• Acción Antirraquítica: Estimulando la producción de
vitamina D endógena, la cual aumenta la absorción de calcio a las células
epiteliales, contribuyendo a la mejor absorción de este elemento. Esto
sitúa a la radiación solar como el principal elemento de tratamiento
del raquitismo y la osteomalacia.
• El sol en pequeñas dosis beneficia algunas patologías como:
psoriasis, dermatitis atópica, dermatitis seborreica y acné.
• Acción Psicológica: A la sensación placentera de calor y
bienestar proporcionada por el sol, se suma el hecho de encontrarse más
favorecido bronceado.
Efectos perjudiiales de
la radiación Solar.
• Insolación:
Es el conjunto de trastornos derivados de una exposición demasiado
prolongada a un foco intenso. Los primeros síntomas son: rostro
congestionado, sed y traspiración intensas seguidos de cefalea, vértigo
y ganas de vomitar. En niños puede agravarse el cuadro con delirio y
convulsiones.
El tratamiento se basa en rehidratar al paciente con bebida electrolítica
fresca y ponerlo en lugar fresco y ventilado. En adultos utilizar
compresas húmedas y un antipirético en caso de fiebre. Mientras que en
caso de niños se les introducirá en un baño de agua y se acudirá a
un centro hospitalario si se aprecian complicaciones.
• Quemaduras: Es la manifestación clínica de la respuesta
inflamatoria que acontece tras una exposición solar excesiva. Es debida
mayoritariamente a la acción de UVB, aunque en ocasiones los UVA y los
UVC pueden ocasionaría (ej: Lámparas ultravioleta).
Las manifestaciones clínicas se manifiestan en forma de eritema
(coloración rojiza de la piel) , edema y dolor local que aparece entre
las dos y doce horas después de la exposición, alcanza un máximo a
las 24 horas y se autolimita en un período variable de 3-4 días
(descamación).
En las quemaduras leves se recurre a la aplicación de compresas de agua
fría o solución de acetato de aluminio durante 20 mm., 3 ó 4 veces al
día, corticosteroides tópicos para la inflamación y el dolor y
emolientes para la deshidratación superficial.
Si la quemadura es grave se consultará al médico. Se administrarán
corticoides sistémicos (40-60 mg. prednisona cada 3 días) y se aplicarán
compresas frías de forma continuada, esteroides tópicos, analgésicos
y emolientes.
Deberá ponerse especial cuidado en aras de evitar una posible
sobreinfección bacteriana. No olvidar la hidratación oral
especialmente en niños.
Discromías o
pigmentación irregular
• Efélides o
Pecas: Hiperpigmentación melanótica de carácter hereditario que
aparece entre los 5 y 7 años en personas de cabello pelirrojo o rubio.
• Léntigo Solar: Manchas oscuras, uniformes, de borde bien
definido y diámetro menor de 1 cm. No requieren tratamiento.
• Melasma o Cloasma: Manchas de color oscuro uniforme con
bordes poco definidos y localizadas en zonas expuestas al sol. El más
común es el desarrollo durante el embarazo (cloasma gravidico).
Fotoenvejecimiento Cutáneo.
El fotoenvejecimiento o envejecimiento producido por la radiación solar
es la causa principal del arrugamiento prematuro de la piel, y no sólo
acelera el proceso de envejecimiento fisiológico, sino que además
presenta unas características bien diferenciadas: intensa sequedad cutánea,
arrugas marcadas, flacidez, falta de elasticidad, hiperqueratosis,
presencia de manchas hiperpigmentadas y aparición de lesiones
premalignas e incluso malignas.
Efectos Adversos de
las radiaciones sobre los radicales libres.
Las recientes
investigaciones en el campo de los radicales libres señalan los efectos
de las radiaciones ultravioleta sobre la producción de estas especies
reactivas oxigenadas, que pueden desempeñar un papel fundamental en
enfermedades cutáneas como envejecimiento, cáncer cutáneo y una gran
variedad de foto-dermatosis.
Los radicales libres no son moléculas extrañas a la piel, sino que son
producidos habitualmente en los procesos de respiración celular.
Existen diversos neutralizadores endógenos de radicales libres (enzimas
y antioxidantes) que permiten reducir su concentración a niveles no
perjudiciales para la piel, pero muchas veces estos mecanismos no son
suficientes, ya que su producción excede a su neutralización.
Tanto la radiación UVA como la UVB conducen a la producción de
especies reactivas oxigenadas que actúan sobre la piel de formas
diversas: alteran la bicapa fosfolipidica (especialmente vulnerable a la
oxidación) que constituye las membranas celulares; interfieren en el
funcionamiento de las enzimas y sobre el ADN de los fibroblastos (células)
del tejido conjuntivo.
Existen unos mecanismos naturales de protección para evitar los efectos
nocivos de las radiaciones solares. La piel realiza funciones de defensa
a distintos niveles. En la capa córnea las radiaciones pueden ser
reflejadas, refractadas o absorbidas. Para evitar la penetración de
estas radiaciones, el estrato córneo va engrosándose y aumentando de
espesor. Ya de por sí es más grueso en individuos de raza negra.
Para proteger la piel de la radiación solar existe un filtro natural
que es el ácido urocánico, procedente del sudor segregado por las glándulas
sudoríparas.
No obstante, el principal mecanismo de defensa de la piel lo constituyen
unas células contenidas en la capa basal epidérmica denominadas
melanocitos. Estos sintetizan la melanina, que es un pigmento presente
únicamente en la raza humana, ya que otros vertebrados superiores
poseen para protegerse del sol los pelos, plumas o escamas.
La cantidad de radiación que llega a la piel supera la capacidad
defensiva de la misma, por lo que se necesita una protección adicional,
que la proporcionan los filtros solares.
Factor de protección
Solar. (FPS)
Se define como la
relación entre el tiempo necesario para la aparición de eritema usando
un filtro solar y el tiempo necesario para que se produzca ese mismo
eritema sin el filtro.
FPS =Dosis mínima eritematógena con fotoprotector / Dosis mínima
eritematógena sin fotoprotector
El FPS da idea del
tiempo que un individuo puede estar expuesto al sol sin quemarse.
Hay que tener en cuenta que el FPS es un valor orientativo, en el que
influyen: factores dependientes del individuo, del producto, del medio
ambiente, otros factores.
Existen varios sistemas para evaluar el FPS, el Shulze y DIN en Europa,
el FDA en EE.UU. y el SAA en Australia, todos intentan hacer una escala
de este factor pero cada uno utiliza un método distinto de evaluación,
esto supone que para un mismo factor de protección tengamos valores
distintos en cada una de las escalas antes mencionadas.
Tampoco podemos establecer equivalencias claras entre distintas escalas,
es decir, no podemos decir que tal valor de la escala DIN equivale a tal
otro de la escala FDA, por tanto debemos de saber en cada momento a qué
escala nos referimos para evitar posibles errores.
Tipos de Filtros
Existen dos tipos de filtros: Físicos y Químicos.
• Físicos:
Son opacos y actúan como barrera física reflejando y filtrando el 99%
de la luz visible y U.V. se reservan para zonas muy sensibles (nariz,
labios, orejas y dedos de los pies), y aunque son muy efectivos, no se
usan mucho porque pueden manchar la ropa. Son entre otros:
- Oxido de zinc - Dióxido de titanio - Vaselina - Talco - Salicilato de
bencilo
- Cinamato de bencilo - Carbonatos y óxidos magnésicos - Mica -
Bentonita
• Químicos:
Filtran y disminuyen la radiación que llega a la piel por absorción.
No son opacos pero resultan incoloros tras su aplicación. Se emplean
combinaciones de los mismos ya que, de este modo, aumentan su
efectividad y el espectro que abarcan permitiendo, además, disminuir
las proporciones en las que cada uno participa en la formulación con lo
que disminuyen los riesgos de posibles efectos adversos. Es importante
decir que ningún preparado fotoprotector puede inducir el bronceado.
Los derivados del PABA han sido durante tiempo los filtros solares más
utilizados por su alta efectividad frente a las radiaciones UV-B, pero
se han descrito problemas alérgicos y dermatitis de contacto debidos a
los derivados
del PABA, y los más eficaces parecen ser etildihidroxipropil PABA y
octil dimetil PABA.
Los derivados del ácido cinámico son igualmente eficaces frente a las
radiaciones UVB y aumentan su efectividad asociados a los anteriores y
con benzofenonas además de los anteriores podemos destacar el octil
metoxicinamato.
Los derivados del ácido salicílico (Sunarome xmo) se utilizan a altas
concentraciones por su moderada actividad. Son efectivos en la zona UVB
aunque débilmente.
Los derivados de la benzofenona absorben todo tipo de radiaciones UV
indicados en personas con fotosensibilidad o que presentan enfermedades
que puedan agravarse con la luz solar. Son altamente eficaces y seguras
frente a Uy-A, la más usada es la oxibenzona.
Excipientes.
La composición del excipiente es muy importante a la hora de
determinar el FPS de un preparado. Así la presencia de agua en una fórmula
aumenta el factor de protección solar que hay que utilizar. Hay que
tener en cuenta la naturaleza de la sustancia filtrante. El nivel
progresivo de protección se consigue con los siguientes excipientes:
• Lociones
hidroalcohólicas: Desaparecen rápidamente de la superficie cutánea,
dando por ello una protección poco prolongada y escasa. Estas
preparaciones, provocan además una excesiva deshidratación cutánea.
• Emulsiones O/W: Protegen algo más. Las cremas evanescentes
con poca cantidad de grasa están indicadas para personas con piel
normal o grasa que no necesitan excesiva protección.
Presentan el
inconveniente que al evaporarse con rapidez el agua es necesario aplicar
frecuentemente el preparado debido a que la fina capa lipídica que
entonces se origina, es insuficiente para una protección adecuada. Si
son algo alcalinas favorecen la formación e implantación de melanina.
• Aceites:
Presentan la ventaja de mayor permanencia cutánea, evitan el
resecamiento por el efecto calórico solar y de por sí, sus componentes
tienen propiedades antiactinicas. No se eliminan fácilmente tras el baño
por lo que las aplicaciones no tienen por qué ser tan frecuentes.
Tienen el inconveniente de su fácil vertido, manchan la ropa y la arena
se les adhiere con facilidad.
• Emulsiones W/O: Al aplicarse en capas más gruesas que las
anteriores presentan una mayor protección. Son recomendables para
personas de pieles secas y sensibles. No se vierten tan fácilmente pero
sí se les adhiere la arena.
Respecto a la
resistencia al agua, está en que la protección solar que nos
proporciona un preparado se mantenga o no cuando nos bañamos en el mar
o en la piscina.
Conviene así
diferenciar
• Productos
WATER RESISTANT: Capaces de aguantar 40 minutos de inmersión en el
agua. Un producto antisolar que resiste una inmersión de 40 minutos,
puede considerarse resistente al agua
• Productos WATER PROOF: Son capaces de aguantar 80 minutos de
inmersión en el agua.
A pesar de estos dos últimos
aspectos se recomienda la aplicación de producto después de cada baño
o tras 2-3 horas de exposición solar.
Los
medicamentos recomendados en los articulos los puede adquirir aqui
©
Mifarmacia.es. Departamento de contenidos.
Guillermo
García de Tiedra.