REPORTAJES 
VIAJES -TURISMO

TURISMO ACTIVO Y DEPORTES

Turismo activo

Junto al placer de contemplar en toda su extensión la naturaleza, muchos visitantes se acercan a Navarra con la intención de disfrutar de un turismo activo. Por ello, numerosas empresas y establecimientos hosteleros cuentan entre su oferta con la posibilidad de realizar un sinfín de actividades deportivas, culturales o naturalísticas. 

Senderismo

El senderismo es una de las principales actividades que se pueden practicar en esta Comunidad. No en vano, Navarra está cruzada de norte a sur y de este a oeste por cientos de senderos, caminos y cañadas de diversa longitud y dificultad, que le ofrecen la posibilidad de disfrutar de una rica y variada geofrafía. Algunos de estos itinerarios naturalísticos le permiten seguir las rutas de trashumancia o los antiguos trazados de vías férreas hoy desaparecidas, otros recorren los parques eólicos o enlazan varias de las cuevas más bellas, y también existen los que se adentran en robledales, hayedos y en algunos espacios protegidos... Para quien desee ascender a las cumbres más altas, se ofrecen excursiones guiadas a las montañas más elevadas del Pirineo navarro como el Orhi o la Mesa de los Tres Reyes.
Senderos locales. Son trayectos más cortos que los PR ya que no pasan de los 10 kilómetros, y están señalizados con colores blanco y verde. Muchos de estos senderos locales forman parte de senderos de pequeño recorrido, y normalmente son cortas excursiones que ayudan a profundizar en el conocimiento de un municipio o zona concreta. Están orientados a toda aquella persona que le guste andar, disfrutar de la naturaleza, observar el paisaje y conocer aquello que la marcha le ofrece, y para su realización no es necesario poseer unas condiciones físicas especiales ni una edad determinada. En Navarra están señalizados más de un centenar de senderos locales repartidos por toda la geografía, especialmente en la mitad norte.
Info: www.rutasnavarra.com/asp/asp_rutas/rutas.asp

Vías verdes. 

Las vías verdes se están convirtiendo en instrumento ideal para descubrir espacios naturales y rincones escondidos de nuestra geografía. Así, en el año 2000 se inauguraron en Navarra las vías verdes de Plazaola y Tarazonica y la ruta de Peñalén. La senda verde del Plazaola responde al trayecto que el tren del idéntico nombre realizaba entre Pamplona y San Sebastián. Partiendo de la estación de Lekunberri, existen dos tramos acondicionados: el primero que discurre junto al río Larraun hasta la presa de Mugiro (unos 2 kilómetros) y el segundo tramo, de 5 kilómetros, que llega hasta el túnel de Uitzi y ofrece magníficas vistas de las Malloas. La vía verde del Tarazonica abarca 22 kilómetros de antiguo trazado ferroviario que transcurren por tierras aragonesas y por las localidades navarras de Tudela, Murchante, Cascante, Ablitas, Tulebras, Barillas y Monteagudo. Junto al camino, adecuado para la práctica del senderismo y el cicloturismo, el recorrido cuenta con varias zonas de descanso. La ruta de Peñalén, situada en Funes, está formada por una senda de 13 kilómetros. Además del encuentro con la naturaleza, el caminante puede disfrutar de las vistas en dos miradores y leer en los paneles informativos la historia del barranco de Peñalén, desde el que fue despeñado el rey Sancho IV en 1076. Una veintena de senderos señalizados recorren también la Comarca de Tierra Estella. Son paseos que se pueden realizar a pie y, algunos de ellos, en bicicleta de montaña y a caballo. Su longitud es diferente, desde los 6,3 kilómetros de la senda más corta a los 16,3 de la más larga. Otra red de 25 senderos y 15 recorridos para BTT cubre las localidades de la Ribera incluidas en el Consorcio Eder. Para disfrutar al máximo de estos y otros itinerarios, las oficinas y consorcios turísticos ponen a disposición del visitante diversas guías informativas.

Ruta de las cuevas. 

Las dos cuevas de más renombre de Navarra se encuentran en las localidades fronterizas de Urdazubi-Urdax y Zugarramurdi. Las primeras, ubicadas en el barrio de Leorlaz de Urdazubi-Urdax, se conocen por el nombre de Ikaburu y datan del Paleolítico Superior. En las diferentes salas atravesadas por el río Urtxuma, el tiempo y el agua han dado forma a multitud de estalactitas y estalagmitas. La entrada se encuentra situada junto al caserío Matxingonea, desde donde el visitante puede realizar un recorrido guiado por galerías iluminadas. En la misma localidad de Urdazubi-Urdax se puede contemplar el molino de agua y cómo se fabricaba antiguamente el pan. Las cueva de Zugarramurdi se encuentra a las afueras del pueblo del mismo nombre, a tan sólo unos kilómetros de Urdazubi-Urdax. Su cuerpo principal está formado por un túnel de piedra de unos cien metros de largo por veinte de ancho y algunos más de alto, recorrido por el arroyo llamado Olabidea, conocido también como "infernuko erreka" (regata del infierno). Y es que, si por algo son conocidas las cuevas de Zugarramurdi, es por haber acogido los akelarres de las  brujas, que acabaron en la hoguera de la Inquisición allá por el siglo XVII. Anualmente las cuevas son escenario de una fiesta solsticial en la que se rinde culto al fuego y, coincidiendo con las fiestas patronales de agosto, de la celebración del "zikiro-yate", un akelarre gastronómico con un menú de "zikiros" (carneros) asados. Desde Zugarramurdi, siguiendo un sendero que atraviesa la frontera, se llega a las cuevas de Sare, ubicadas en la localidad francesa del mismo nombre. La visita guiada a estas grutas transcurre por diversas estancias que en la prehistoria y en épocas posteriores albergaron a tribus y animales de la zona. El recorrido se acompaña de efectos de sonido y luz que todavía hacen más curioso el conjunto.

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