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REPORTAJES |
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GASTRONOMÍA NAVARRAComer con los ojos
Antes, mucho antes de que el primer pedazo de cualquiera de los suculentos platos navarros llegue a la boca, todos los sentidos se ponen en alerta, y disfrutan de ese instante. Como recomiendan los buenos soumelliers, antes de probar un vino hay que verlo, olerlo, incluso oirlo cuando resbala formando lágrima... No aconsejan tocarlo con los dedos, pero sin duda el tacto se beneficia al acariciar la copa que lo recibe o la botella que lo escancia. Con la comida navarra ocurre lo mismo.
La vista se deleita ante esos bodegones en miniatura que forman una menestra de verduras de Tudela, en la que formas y colores conjugan en armonía. El olfato se estremece ante los aromas de una cazuela de pochas de Sangüesa, que deben servirse convenientemente ³asustadas², como dicen los expertos; es decir, cortándoles el hervor dos o tres veces con agua fría antes de que estén en su punto. También el oído disfruta apreciando el suave crujido al partirse una ligera costra de ajo tostado sobre una delicada ternera de Navarra‹que ostenta su Denominación de Origen con justificado orgullo‹. Y desde luego el tacto, una vez salvados los convencionalismos, puede apreciar la contundencia de unos buenos espárragos tibios de la Ribera o la textura de los múltiples fritos que acompañan el tradicional poteo en Pamplona.
Comer con los ojos, por tanto, no es raro en esta magnífica tierra que ha sabido combinar lo mejor de la nueva cocina con los viejos productos de siempre. Comer con el gusto, el paladar y la lengua es además muy fácil en Navarra. Cientos de restaurantes, desde los que ostentan estrellas Michelin a las modestas casas de comidas, ofrecen una carta variada, original, contundente. Pero también los hoteles, que con frecuencia han tenido alguna mala fama como lugar de comidas, han superado con creces el antiguo prejuicio.
Recientemente, un grupo de periodistas especializados recorrieron la región, disfrutando los buenos vinos de Ochoa y Otazu y del buen hacer del Hotel Santamaría de Tudela y su desbordante variedad de verduras y ensaladas, el Hostal Aróstegui, en Garaioa casi perdido en en el valle de Aézcoa, pero con una cocina de reyes, de los hoteles Reino de Navarra y Tres Reyes de Pamplona, con su contundente variedad y cantidad de platos y, cómo no, el Hotel Europa y su restaurante Alhambra, con los jóvenes hermanos Idoate al frente, que luce con justificado orgullo su preciada estrella Michelin que lo acredita como uno de los mejores de España. La Asociación de Empresarios de Hostelería de Navarra y la de Hoteles de Pamplona, están intensificando sus esfuerzos para dar a conocer las propuestas gastronómicas de los hoteles de la región. La tarea no debería ser muy complicada. Sólo hay que probarlo. Casi siempre se acierta... Y se repite.
ENRIQUE SANCHOActividades gastronómicas
Los aficionados a la gastronomía tienen en Navarra su paraíso. En los bares y cafeterías encuentran los tradicionales pinchos que sirven de aperitivo; los restaurantes ofrecen el menú completo; y abundan por doquier los llamados eventos gastronómicos.En ellos se exaltan productos de la tierra como las verduras, el aceite, el queso o el vino. Otros se dedican a las tradiciones gastronómicas de otras épocas, ya sean medievales o romanas.
En la mayoría de los casos, se prima la elaboración artesana y los productos frescos, que se degustan allí mismo por los asistentes.