FIESTAS
Balmaseda: Pasión y fervor
popular
Euskalherria demuestra día a día
que sabe combinar modernidad y tradición. Bizkaia, por ejemplo,
es con el Porque Tecnológico de Zamudio como bandera un centro
tecnológico de primer orden. Pero es también un lugar donde
podemos encontrar una de las celebraciones más antiguas de
nuestro país, la Semana Santa de Balmaseda, que hunde sus raíces
en plena Edad Media. Ocho siglos cuenta esta hermosa localidad que
presume de ser la primera de las villas fundadas en Bizkaia.
Alardea también de su Vía Crucis viviente, en el que sus
protagonistas son los propios vecinos. No se sabe a ciencia cierta
cuando comenzó a celebrarse la Semana Santa en Balmaseda, algunos
historiadores fechan sus orígenes en 1480, cuando el pueblo se
vio asolado por una epidemia de peste. Aunque las primeras
referencias documentales a las Procesiones de Semana Santa y el Hábeas
aparecen en el año 1771. Con el paso de los años las procesiones
han ido evolucionando. Actualmente se caracterizan por la
representación de un Vía Crucis viviente en el que participan más
de 500 balmasedanos. Esta representación se remonta a la última
década del siglo XIX, aunque la escena de la crucifixión se
comenzó a escenificar en 1963. Hoy en día la Pasión Viviente de
Balmaseda es uno de nuestros eventos que más personas atraen, no
sólo entre nosotros sino entre gente de todas partes del mundo.
Porque además, esta villa vizcaína tiene otros muchos atractivos
que la convierten en un lugar ideal para pasar la Semana Santa. Su
vasta historia ha legado a Balmaseda un patrimonio monumental
significativo y de gran belleza, y aunque las constantes
vicisitudes guerreras sufridas por la villa a lo largo de los
siglos han provocado que desaparezcan las murallas que la rodeaban
y el castillo que la presidía, podemos encontrar monumentos como
el puente viejo, construido en el siglo XIII; el Ayuntamiento,
levantado en el primer tercio del siglo XVIII pero que ha sufrido
modificaciones posteriores; el Palacio de Buniel, con una bella
fachada neoclásica y un patio interior de doble arcada y dos
alturas; el Palacio Urrutia, una mansión del siglo XVII en la que
destaca su portada principal entre columnas neoclásicas. El
patrimonio religioso-monumental de Balmaseda comprende el
Monasterio de Santa Clara, terminado de construir en 1675 y que
tras ser abandonado por las monjas clarisas es ahora un hotel; la
Parroquia de San Severino, del siglo XIV o XV y que sufrido varias
reformas a lo largo de los siglos; y la Ermita de San Sebastián y
San Roque, una de las escasas construcciones románicas de Bizkaia.
Otra cita obligada en Balmaseda es la fábrica de boinas "La
Encartada", en funcionamiento desde finales del siglo XIX y
que hasta su cierre hace pocos años ha funcionado de manara
tradicional, lo que supone una oportunidad única para conocer los
procesos de fabricación y máquinas utilizadas en el siglo XIX.
En estos momentos se está estudiando convertirla en un museo. La
estancia en Balmaseda hay que completarla con la degustación de
la gastronomía de la zona. Se pueden encontrar excelentes
restaurantes como Iza San Roque (Avda. Encartaciones, 1),
especializado en carnes a la parrilla; el Restaurante Kolitza,
situado en el Monasterio de Santa Clara y que dispone de una
cuidada y extensa Bodega con temperatura natural. Otros
restaurantes donde se puede disfrutar de una buena comida son el
Ekaitz (Plaza de los Fureros), el Iturriondo (Plaza Los Fueros) o
La Cabaña (Plaza del Marqués).
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