VUELVE
DESPUES DE 331 FUNCIONES, MAS DE 115.000 ESPECTADORES EN MADRID,
ESTRENADA
EN 14 TEATROS DE AMERICA Y EUROPA Y SE PREPARAN PROXIMOS ESTRENOS EN
EL MUNDO
"EL METODO GRÖNHOLM" de JORDI GALCERAN
Dirección,
TAMZIN TOWSEND con CARLOS HIPOLITO, CRISTINA MARCOS, JORGE ROELAS y
ELEAZAR ORTIZ
CARTEL TEATRO MARQUINA A PARTIR DEL VIERNES 16 DE SEPTIEMBRE
A LAS 20.00 H.
PASE DE GRAFICOS Y ENTREVISTAS FECHA:VIERNES 16 SEPTIEMBRE HORA:16.00
H.
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El método Grönholm
Los bancos no
invierten en empresas descabelladas. Si lo hicieran ni yo ni nadie les
confiaríamos nuestro dinero. Por eso los bancos no invierten en
teatro. Porque levantar un montaje teatral es una empresa muy
descabellada llevada a cabo por una reunión de personas muy extrañas.
Son personas dispuestas a arriesgar todo su tiempo, todo su dinero,
dispuestas a recorrer carreteras perdidas, a pasar frío, a soportar
lo insoportable, a dedicar, en fin, sus vidas enteras a algo que, pensándolo
bien, no sirve para nada, porque se reúnen únicamente para contar un
cuento.
Una de estas reuniones de gente extraña, se formó en mayo del 2003
en unos talleres del Teatro Nacional de Catalunya. "El método Grönholm"
fue el resultado de aquella pequeña conspiración y su horizonte público
se limitaba a representarse durante dos semanas en un ciclo de nuevos
dramaturgos.
Hoy, dos años y pico más tarde, mucha gente se ha ido uniendo a
aquellos primeros conjurados. "El método Grönholm" va a
iniciar su segunda temporada comercial en Madrid y en Barcelona. En
Buenos Aires y en México DF ya ha superado las 100 funciones y se están
representando o se estrenarán a lo largo de esta temporada no menos
de una docena de nuevas producciones en Europa y América.
¿Qué más se le puede pedir a un hijo al que se le presumía una
vida tan breve?
El éxito en este oficio es un cóctel misterioso. No sé por qué ha
gustado esta función. Tampoco sé por qué otras funciones que he
escrito no han gustado. Lo que sí sé es que todos los que nos
dedicamos a esto del teatro, lo único que buscamos es precisamente
eso, gustar. Hacemos teatro para que nos quieran un rato. Somos unos
narcisistas enfermos.
Nunca sabemos nada sobre el futuro de las empresas que emprendemos,
damos palos de ciego a diestro y siniestro con la esperanza de que algún
día, por casualidad, acertemos. Y cuando, como parece que es el caso,
se produce esa enigmática combinación de ingredientes y el éxito te
roza un poquito con la yema del dedo ni siquiera sabemos disfrutarlo
porque ya estamos pensando en qué podemos hacer luego, qué otro
cuento vamos a contar para continuar gustando.
Vaya vida.
Jordi Galceran
Sinopsis:
El método Grönholm tiene ciertos puntos de contacto con Palabras
encadenadas. Si Palabras encadenadas quería hablar de la crueldad en
las relaciones sentimentales, El método Grönholm pretende hablar de
la crueldad en las relaciones laborales. Y quiere hacerlo tomando como
excusa uno de los procesos más crueles que se viven en el mundo
laboral: una selección de personal.
El asunto es simple. Los cuatro últimos candidatos a obtener una
plaza de ejecutivo en una importante multinacional son reunidos para
ser sometidos a las pruebas finales del proceso de selección. Unas
pruebas que, rayando en lo absurdo, nada parecen tener que ver con el
puesto de trabajo en sí.
La idea del juego como metáfora de las relaciones humanas, siempre
presente en mis obras, se convierte en ésta en un referente absoluto.
Formalmente, la pieza juega a todos los niveles posibles: los
personajes juegan entre sí y el público es invitado a participar con
ellos, a intentar descubrir con ellos la verdad y la mentira, si eso
es posible.
Todas las pruebas a las que son sometidos los aspirantes, por increíble
que parezca, están inspiradas en técnicas reales de selección de
personal, documentadas de los sesudos volúmenes escritos por
especialistas del tema. Lo único que hace la obra es llevarlas hasta
el extremo sin ocultar la comicidad que llevan implícita.
La idea de la obra nace de una anécdota real.
En una papelera de
Barcelona se encontraron una serie de documentos en los que un
empleado del departamento de personal de una cadena de supermercados
había anotado sus impresiones sobre las posibles candidatas a un
puesto de cajera. Los comentarios estaban llenos de frases machistas,
xenófobas y crueles del tipo “gorda, tetuda...”, “moraca, no
sabe ni dar la mano...”, “voz de pito, parece idiota...”, etc.
Aquel empleado, escudado en la sagrada misión que le había sido
encomendada, se creía con derecho a emitir y poner por escrito
aquellas sandeces sobre una serie de personas a las que no conocía de
nada. El hecho de tener el poder para otorgarles o no un trabajo le
legitimaba para ser cruel, implacable. Imaginé a esas pobres chicas
intentando dar una buena imagen de si mismas, una imagen
empresarialmente correcta, intentando hacer lo que creían que se
esperaba de ellas, dispuestas a soportar incluso pequeñas
humillaciones para conseguir ese trabajo que necesitaban.
Eso es lo que hacen, llevándolo hasta el extremo, los personajes de
El método Grönholm, porque no importa quiénes somos ni cómo somos,
sino lo que aparentamos ser. Nuestra auténtica identidad no le
importa a nadie, ni a nosotros mismos.
De estos pequeños efectos colaterales del capitalismo es de lo que
habla esta comedia.