VÍA CRUCIS

Con toda seguridad se puede afirmar que la práctica religiosa del Vía Crucis (Camino de la Cruz), extendida por toda la cristiandad, es una peregrinación en espíritu para seguir los pasos que llevaron a Cristo desde el palacio de Pilatos a la Cruz. Era la ruta preferida del peregrino, que no sólo satisfacía su deseo por conocer los lugares que transitó Jesús, sino que reconstruía mentalmente (y en muchos casos místicamente) la Pasión, e iba doliente como uno más entre la multitud que seguía a Jesús camino del Calvario. Las peregrinaciones a los Santos Lugares fueron el primer destino de los peregrinos desde el inicio del cristianismo. Y dentro de éstos, el lugar preferido fue el Camino de la Cruz (en latín, Vía Crucis), y la fecha ideal, la Semana Santa. Quien deseaba vivir estas experiencias tenía que emprender esa larga peregrinación. Y en efecto fueron ríos incesantes de cristianos los que allí se dirigían. 

La devoción del Vía Crucis tomó forma en Jerusalén. Allí se fue perfilando cada vez más con el formato de las “estaciones”, lugares donde se detenían los fieles a orar. Pero de eso empezamos a tener noticias en el siglo X. Es cuando los fieles no se conforman con un camino genérico de la Cruz, sino que quieren saber exactamente dónde cayó, dónde le enjugó el rostro la Verónica, dónde se encontró con su santa Madre, y es así como se van situando con precisión las estaciones. En el siglo XIII ya tenían determinado con precisión el camino que siguió Jesús desde el pretorio de Pilatos al Gólgota, y a principios del siglo XV se andaba ya por 5 estaciones (el Ecce Homo, el Pasmo de María, el Nolite flere dirigido a las santas mujeres, la ayuda del Cirineo y un descanso al pie del Calvario). A fines del siglo XVI tenía ya el Vía Crucis de Jerusalén, llamado también Vía Dolorosa, casi el mismo formato que hoy conocemos, con 14 estaciones y con lugares muy precisos a ellas asignados. Hoy las estaciones y los lugares físicos en Jerusalén son: 

1ª estación: Jesús es sentenciado a muerte (en el pretorio de Pilatos). 
2ª estación
: Jesús carga con la cruz (a la salida del pretorio). 
3ª estación
: Primera caída (a 200 metros del pretorio). 
4ª estación
: Encuentro de Jesús con su Madre (40 metros más allá, al cruzar una calle). 
5ª estación
: El Cirineo es obligado a ayudar a Jesús (30 metros más allá). 
6ª estación
: La Verónica seca el rostro de Jesús (a 90 metros de la anterior). 
7ª estación
: Segunda caída (a 60 metros, a la salida de la Puerta Judiciaria). 
8ª estación
: Jesús consuela a las santas mujeres (35 metros más adelante). 
9ª estación
: Tercera caída (es un poco más adelante, pero al haber edificios interpuestos hay que dar un rodeo). 
10ª estación
: Jesús es despojado de sus vestiduras (dentro ya de la basílica del santo Sepulcro, en el atrio, después de subir una escalera de 19 peldaños). 
11ª estación
: Jesús es clavado en la cruz (2 metros más adelante). 
12ª estación
: Jesús es izado en la cruz (4 metros más allá). 
13 estación
:  Descendimiento de la cruz y entrega del cadáver a su Madre (entre la 11ª y la 12ª). 
14ª estación
: Jesús es enterrado en al sepulcro (en el centro de la rotonda de la basílica). 

Este formato fue el que se extendió a todas las iglesias de la cristiandad representando las 14 estaciones por 14 cruces o por cuadros que representaban las respectivas escenas.

Mariano Arnal

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