CAUTIVO

Esa ha sido una condición tan común en la humanidad, que se llegó a considerar como parte de la propia condición humana y se identificó con el pecado y la maldad.

Siguiendo dentro del concepto "dominación" que llevo analizando de unos jueves acá, paso al término cautivo, que tiene mucha tela que cortar.
Cualquier animal en cautividad deja de ser el que era para convertirse en una lamentable sombra de sí mismo. Los zoológicos saben de esto un montón. Por indicar tan sólo un aspecto (y enormemente sintomático) de las alteraciones que la cautividad genera en la conducta, hay muchas especies que no se reproducen en cautividad, y muchas otras que, reproduciéndose, no aciertan a cumplir los roles naturales que les corresponden, con lo que el cautivador se ve obligado a ocuparse de la reproducción o del relevo mediante la caza de nuevas piezas. 

Un ejemplo de las profundas alteraciones de conducta que produce la cautividad, lo podemos observar en los perros que suelen tenerse atados. Se vuelven sumamente agresivos, y cuando se les suelta su comportamiento es totalmente alocado. Se tiran al libertinaje, que diríamos en nuestra especie.

Estas alteraciones tan negativas de la conducta dan lugar a que los animales en cautiverio sean considerados "malos" y peligrosos. Y es que, efectivamente, los destrozos que puede llegar a hacer un león, un tigre, un lobo cautivo son incomparablemente mayores que los que harían en libertad. En este sentido es sumamente reveladora la palabra que significa "malo" en italiano. "Cattivo" es en italiano una palabra polisémica. Sirve indistintamente para decir "cautivo" y para decir "malo", porque los hablantes de esta lengua han percibido la cautividad y la maldad como una misma cosa; por eso designan a ambas con la misma palabra. 

Y de aquí pasamos al concepto de culpa. Pero no al de culpable, sino al de inculpado; que, con la evolución de la conciencia dará lugar al sentimiento de culpabilidad, no como resultado de culpa alguna, sino como resultado de la inculpación. El que está en cautiverio tiene que sentir las cadenas o las rejas, de lo contrario se acabó el cautiverio. La cautividad en la especie humana ha sido objeto de un refinamiento creciente. Por una parte las cadenas, los grilletes y los barrotes han sido cada vez más bellos, más ricos, para que fuese más dulce y deseable el cautiverio. Y por otra, se ha ido a formas cada vez más sutiles de prisión (o de presión, o de opresión, o de represión, o de supresión, que todas andan a tocar). Es la conciencia la que suple barrotes, cadenas y grilletes. La mala conciencia, claro. El cautivo es malo por definición, y tiene una deuda por pagar. Una deuda que no logrará extinguir en esta vida. 

El cautivo siempre es culpable. No sólo el cautivo religioso, sino también el civil. Nadie que sea sometido a juicio saldrá absuelto, si la intención de los jueces es condenarlo. Lo condenarán justamente, porque nadie es justo, porque las leyes se han hecho para que nadie lo sea. Lo que ha de hacer quien está bajo un poder, es condenarse a no hacer lo que el poder no quiere que haga. De lo contrario, será juzgado. Es decir, será condenado.

Mariano Arnal

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