SEMANA SANTA

INCÓGNITAS QUE SE DESPEJAN SOBRE EL ORIGEN 

Y EL SENTIDO DE LA  SEMANA SANTA 

Y SOBRE LA DISOCIACIÓN ENTRE
LA SEMANA SANTA DEL PUEBLO


  fuera de la iglesia, en la calle 

Y
LA SEMANA SANTA DE LA IGLESIA
dentro de la iglesia

 A DÓNDE NOS LLEVA EL ANÁLISIS DE LAS PALABRAS QUE NOS HABLAN DE LA SEMANA SANTA 

por Mariano Arnal

director de EL ALMANAQUE DIGITAL 

La Semana Santa es uno de los mayores privilegios religiosos y culturales que nos podemos permitir. 

Tenemos en primer lugar su inamovible sentido religioso, que ha vencido el paso de los siglos, de los cismas y de las guerras manteniéndose incólume. El mensaje es diáfano: el fundador y fundamento del cristianismo, Cristo, siendo inocente, para librar al hombre del pecado acepta cargar con los pecados de todos los hombres, y recibir el castigo que esos pecados merecen: la muerte del esclavo, con ignominia. Es el misterio de la Redención. 

No perdamos de vista esta referencia, que es la clave de muchas cosas que o no se entienden, o se entienden mal. 

Los ritos de la iglesia nos recuerdan paso a paso la Pasión y Muerte de Cristo. ¿Y qué nos recuerdan los otros pasos, los de la calle, densos de silencio? 

Nos recuerdan especialmente la pasión del hombre, su dolor y su ignominia, que se dramatizan de manera intensísima en las procesiones de las hermandades y cofradías de penitentes. 

Con un fenómeno religioso singular: el “Refugium peccatorum”, la “Consolatrix afflictorum”, la Madre de Dios, la Dolorosa, la Virgen de las Angustias asociada al dolor de su Hijo. 

La Madre Dolorosa llena las calles con su dolor, mientras en la liturgia de la iglesia no hay lugar para ella estos días. Ni siquiera el bellísimo himno “Stabat Mater Dolorosa” tiene su lugar en la liturgia. 

¿Qué pasa en la calle? ¿Por qué hay tanta distancia entre la Semana Santa de la calle y la de la iglesia? 

EL ALMANAQUE bucea en las profundidades de estos ritos en busca de respuestas a tantas preguntas. Juntamos palabras que sorprendentemente se habían alejado de la Semana Santa, y sin embargo son su clave: penitencia, perdón, indulgencia, purgatorio. Todas ellas gravitan sobre los ritos callejeros de la Semana Santa, sobre las celebraciones más plebeyas.    

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