Proviene del latín Paulinus, gentilicio
de Paulo, o sea Pablo. Paulo de Tarso, el futuro san Pablo (en
hebreo Sha’ul), solicitado,
modificó su nombre, tras su conversión al cristianismo en el camino
Damasco, en el latino Paulus,
pequeño, como una muestra de humildad, más que como una alusión
física. La serie de Paulino, Paulina, Pablo, Paulo, Paula, se ha
convertido en uno de los nombres de pila más universales.
San Paulino de
Nola, en latín Meropius Pontius
Paulinus fue un obispo francés afincado en Italia (363-431). De
familia noble, fue discípulo y amigo de Ausonio, quien le educó en
las bellas letras, consiguiendo hacer de él un buen poeta. Se casó
con una española noble y rica de Alcalá de Henares, según se cree, y
a los 25 años fue creado cónsul de Roma. Se bautizó el 389 y de
acuerdo con su esposa, se retiró a Barcelona, para vivir una vida
oculta. Pero no tardó en ser conocida su santidad y fue aclamado por
el pueblo, que le insistió para que se ordenase sacerdote. Era el
año 394. Viendo el santo que tan gran fama podía llevarlo a la
vanidad, se trasladó a Nola, esperando que allí pasaría
desapercibido. Pero pronto conoció el pueblo su santidad y cuando el
año 409 murió el obispo, le eligieron para que ocupase aquella sede.
Fue amigo de san Agustín, san Ambrosio y san Jerónimo. Es el gran
poeta cristiano de la era patrística, junto con Prudencio, y se
conservan 35 poemas suyos, la mayoría de ellos compuestos en honor
de su predecesor san Félix. Es interesante su correspondencia para
comprender mejor la vida religiosa y política del siglo V.
Otros ocho santos con este nombre conmemora la Iglesia, entre los
que destacan San Paulino de Tréveris obispo frigio fallecido el año
358. Fue llevado a Tréveris por san Maximino, al que sucedió como
obispo el año 349. En el concilio de Arles del año 353 defendió a
san Atanasio, actitud que le llevó al exilio. San Paulino de York
(580-644) monje romano, enviado por san Gregorio Magno a Inglaterra.
Allí evangelizó el reino de Kent; fue nombrado obispo de York,
convirtió al rey Edwin de Northumbria y murió como obispo de
Rochester. San Paulino de Aquilea, prelado y teólogo (730-802),
amigo y colaborador de Alcuino, patriarca de Carlomagno en Aquilea
desde el año 787. Participó en varios concilios y en las discusiones
teológicas de su época, sobre todo la del Filioque y
destacaron sus obras en contra de los adopcionistas.
Los Paulinos celebran su onomástica 4
de mayo (S. Paulino mártir), el 22 de junio (S. Paulino de Nola), el
31 de agosto (S. Paulino de Tréveris), o el 10 de octubre (S.
Paulino de York).
Un nombre cargado de historia muy positiva, tanto si atendemos a su
origen, san Pablo, que fue el gran organizador del cristianismo y
recopilador de sus doctrinas, como si miramos a los santos que han
llevado el nombre de Paulino, de enorme talla humana y religiosa
todos ellos. ¡Felicidades!