SANTOS DEL DIA 17 DE ENERO
Antonio abad; Julián Sabas y Rosalina confesores;
Leonila y los hermanos Espeusipo, Eleusipo y Meneusipo mártires;
Antonio, Mérulo y Juan confesores; Sulpicio obispo.
ANTONIO
Es
un nombre romano, que aparece aislado, sin familia léxica, ni en
latín ni en griego; por lo que hay que deducir que no se generó en
la lengua latina, sino que es un préstamo exterior, quizá del
etrusco y que por tanto su auténtico significado nos estaría casi
vedado para siempre. Pero éste es justamente un nombre al que dan
suficiente significado los grandes Antonios que en la historia han
sido. Este nombre tiene variantes, tales como Tonio, Toño, Tonete,
Antón.
San Antonio Abad (251-356), llamado también el Ermitaño es
el más insigne de los fundadores de la vida monástica en Egipto. En
su juventud fue un rico hacendado labrador; pero, a los veinte años
distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiró a los desiertos
de la Tebaida. Son famosas las tentaciones de todas clases con que
Satanás quiso apartarle de la vida eremítica. La lucha fue muy dura,
pero salió vencedor. Fue tal su fama de santidad, que incesantemente
acudían a él hombres de toda condición atraídos por la vida
eremítica, que construían sus celdas alrededor de la de Antonio
el Ermitaño.
Esto le obligó a edificar ya auténticos monasterios (monasthrion / monastérion es
palabra griega derivada de monoV / mónos, que significa
"solo") en los que construyó las celdas individuales en torno a un
claustro, más la iglesia y otras dependencias comunes. Fueron muchos
los monasterios que tuvo que fundar. Escribió asimismo las Reglas
por las que habían de regirse las "comunidades" de monjes (obsérvese
que sintetizó en una misma institución la soledad y la comunidad) y
puso al frente de cada comunidad un "abad", palabra tomada del
Evangelio y que significa "padre", porque entendía que el que
gobernase el monasterio tenía que ser un padre para todos los que en
él habitaban. Él fue el primer "Abad". En el siglo IV san Atanasio redactó
su biografía. Celebramos su fiesta el 17 de enero.
San Antonio de Padua nació
en Lisboa el 1195 y murió en Padua el 1231. Quiso la Providencia que
al emprender viaje para ir a las misiones, una tormenta lo llevase
junto a San Francisco de Asís, que le destinó a estudiar primero, y
luego a enseñar en la universidad y a predicar. Como dicen sus
biógrafos, tuvo el mérito de saber hermanar la acción con la
contemplación. Fue profesor, orador sagrado, fundador de hermandades
y cofradías, enfermero solícito, teólogo eminente, hombre de
gobierno y humilde cocinero, todo casi a un mismo tiempo. Se le
atribuyen innumerables prodigios, por lo que se le llama también el
Taumaturgo de Padua. Se le suele representar con el niño Jesús
en brazos a causa de que se le apareció repetidamente. Dejó varios
tratados de ascética y se han publicado también sus sermones. Una
institución vinculada a él es la del Pan de los pobres. Su
fiesta se celebra el 13 de junio.
San
Antonio María Claret, (1807-1870) confesor de Isabel II y fundador
de los claretianos; y otra cincuentena de santos, más decenas de
hombres ilustres, dan fe del arraigo y la buena prensa que ha tenido
y tiene este nombre. ¡Felicidades! |