Pones en el tontón calle Sant
Honorat, 33 Terrassa y tu coche deja en la puerta de una taberna vasca
CAL TXETXU, decorada con chapelas, posters del Athletic de los setenta,
cuadros marineros del Cantábrico y un impresionante león pintado al
fuego por Julián López.
En
aquel chaflán del barrio de Can Anglada se instaló hace poco menos de
dos años Txetxu, su mujer Lupe y su hija María tras un periplo de seis
años en Bosnia-Herzegovina.
El rabo de toro que preparan todas las noches Lupe y Txetxu para
degustarlo en los días siguientes tiene conquistada a una fiel
clientela, que los domingos al mediodía atraca a mano armada la mejor
barra de pintxos del Vallés Occidental donde no cabe un alfiler.
Txetxu se crió en Amorebieta, a donde sus progenitores emigraron desde
Galicia junto a sus siete vástagos en busca de una vida con más
recursos. “Mis padres me dijeron: Hijo mío si te cases hazlo con una
bizca que mientras le haces el amor te vigila la ropa”.
Cuatro mesas para 27 comensales y una carta a base de tapas ricas ricas:
Chipirones, patatas bravas, boquerones.todo extraordinario como el rabo
de toro, constituyen básicamente este negocio familiar que navega con
rumbo fijo. Hay que pedir mesa (telef. 935660986 o 605165410). “Nos
hemos embargado hasta las cejas.
Paso por la puerta de un banco y suena la
alarma” explica distendidamente el chisposo Txetxu cuando toca s su fin
la intensa jornada, atendiendo terraza, barra y mesas, aunque este
seguidor impertérrito del Athletic sigue desgranando su filosofía de
vida “Mi padre decía jugar y perder callar y pagar. Pagar con dinero es
batato. Caras son las aspirinas”.
Txetxu detesta aquello de cría fama y échate a dormir “yo no vendo humo
porque estás muerto. Esto no es un frankfurt. Estos es una taberna vasca
y todo es mejorable. Lo mejor que tengo aquí son los clientes que en un
98 por ciento me traje del Frankfurt de la calle San Cosme donde estuve
seis años. Ahora los tengo todos en mi taberna. Si quieren una cocochas
de bacalao al pil pil o una tortilla de patatas de cien huevos también
se las preparamos por encargo”.
Casi es medianoche, los postres artesanos,
como la exquisita tarta de queso, rematan la excelente cena que nos han
ofrecido Txetxu y Lupe con todo el cariño del mundo y no porque lo
vayamos a publicar en nuestro diario, ni falta que les hace, sino porque
su mejor publicidad radica en el boca a boca.
Todos vuelven a CAL TXETXU. Sabeis porqué:
Si la comida está para chuparse los dedos, el trato de sus artistas
culinarios hace que te sientas como en tu propia casa. “Mi estrella
Michelín me la dais vosotros con vuestra presencia diaria en mi
taberna”, apostilla con ese deje tan vizcaíno el noble Txetxu.