Destripe el pescado. Lave el pescado
sólo un momento bajo el chorro de agua
fría. Frote con sal el interior y vuelva
a lavarlo un poco. Seque el
pescado con papel de cocina. Bata un
poco las claras y mézclelas con la sal y
la harina. Corte un trozo de
papel de aluminio muy fuerte del
tamaño de la fuente de asar y vierta
un poco de la mezcla de sal. Coloque
encima el pescado de costado, doble
hacia adentro las aletas. Ponga un
trozo de papel de aluminio en la
abertura de la tripa para que la
sal no penetre.
Precaliente el horno a 200º C. Si
desea puede ponerle alguna hierba de
su preferencia y que le vaya al
pescado, por dentro y frotarlo
con un poco de limón. Cubra el
pescado con la pasta de sal
sobrante. Ponga a asar el pescado en
el centro del horno 1 hora. Importante
que la sal forme una costra
dura por encima y una buena
referencia es que el pescado está
listo cuando comienza a oler. Un
truco que puede ser válido es observar
cuando la sal empieza a dorarse y
a formar costra. Sabrás que has
acertado con el tiempo cuando la
costra de sal se lleve consigo
al apartarla, la piel del pescado y la
carne estará jugosa. Si no le das
suficiente tiempo, la piel todavía
estará pegada y será difícil
retirarla sin hacer desastre.
Saque el pescado y colóquelo en una
fuente grande y ovalada. Quite la
costra de sal dando pequeños golpes
con un martillo o un cuchillo de
hoja corta. Saque los
filetes y colóquelos en platos
precalentados. Sírvala con dos salsas
diferentes para elegir. Puede ser la
Salsa Holandesa y la salsa de mostaza
y crema. ó trocitos de pan recién fritos
y una ensalada de lechuga.