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La Música de la Memoria


Silvio Rodríguez

Fotografía de Silvio Rodriguez.Silvio Rodríguez, por parte de padre, y Domínguez, por parte de madre, nace un 29 de noviembre de 1946 en San Antonio de los Baños, un pueblo ubicado en un valle muy fértil en La Habana y zona fundamentalmente tabacalera, en el seno de una familia campesina. Su abuelo fue tabaquero y conoció a José Martí, cuando Silvio tan sólo tenia 12 años. Su padre, Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega, fue campesino, y siempre fue un hombre liberal y de ideas socialistas. Su madre, Argelia Domínguez León, fue peluquera. Silvio ha manifestado en diversas ocasiones que su afición por la música le viene por parte de su madre, que se pasaba el día cantando boleros y sones santiagueros. Silvio tuvo un tío que tocaba el bajo pero, desde el punto de vista musical, fue su madre la que le dormía con canciones de la trova, se bañaba con danzones, barría con boleros y cocinaba con sones. Su madre debió ser música por vocación, y de hecho ha colaborado esporádicamente con Silvio en algunos trabajos.

Silvio ha sido estudiante, alfabetizador, empleado gastronómico, dibujante, soldado, cantante y padre. Fue empleado de la televisión cubana y trabajó con el grupo de experimentación sonora del ICAIC (Instituto Cubano de las Artes y de la Industria Cinematográfica), donde grabó sus primeros discos y canciones. Empezó a escribir poemas a los siete u ocho años. En la revista «Mella» dibujaba una historieta que se llamaba «El Hueco», una historia muy profunda, con textos de Norberto Fuentes. Cuando trabajaba allí, aprendió los primeros acordes de guitarra con su compañero Lázaro Fundora. 

A los 16 años recomenzó los estudios de piano, pero tuvo que volver a dejarlos cuando, el 4 de marzo de 1964, fue llamado al Servicio Militar Obligatorio -SMO-, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias -FAR-. Silvio partió rumbo a la región más occidental del país. Tenía 17 años cuando le enviaron primero a una unidad en Pinar del Río durante tres meses. Después desarrolló un primer periodo de doce semanas de entrenamiento en la Unidad 3234, de Infantería, en Artemisa, y fue trasladado a la Unidad 1087, de Servicios de Retaguardia del Ejército Occidental. Posteriormente, ubicado en la 2107, de Comunicaciones, en El Calvario, el recibió un curso de Telegrafía y desarrolló la labor de ayudante del operador de radio.

Entonces se compró una guitarra. En el ejército conoció a Esteban Baños, con quien aprendió mucho de la guitarra. A partir de ese momento, no abandonaría más el instrumento. En todo ese tiempo nunca dejó de escribir poemas y compuso algunos relatos. Entre 1964 y 1965 compuso sus primeras canciones. En 1967 debutó en el programa de televisión Música y Estrellas, vestido con sus botas militares que, según aclaró mas tarde, era lo único que tenia para ponerse. Su primera actuación fue en el Museo de Bellas Artes. Por esa época hizo dúo con Luis López, cantaban sus canciones y se presentaron en dos ocasiones a festivales de Aficionados de la FAR. No resultaron premiados, pero fueron felicitados. En 1975, cuando llevaba ocho años de profesional y había compuesto cientos de canciones, hace su primer disco en solitario, Días y Flores.

Su influencia sobre toda una generación, junto a sus compañeros de La Nueva Trova Cubana, también conocida como Movimiento de la Nueva Trova ha sido reconocida en todo el mundo, incluso por quienes no están de acuerdo con sus ideas políticas. Queda patente que el genio de Silvio es capaz de atraer a quien él quiere y a quien no. Ha colaborado con muchos cantantes y músicos de todo el mundo. 

 

TE DOY UNA CANCIÓN

Como gasto papeles recordándote
como me haces hablar en el silencio
como no te me quitas de las ganas
aunque nadie me vea, nunca contigo
y como pasa el tiempo
que de pronto son años
sin pasar tu por mí, detenida.

Te doy una canción si abro una puerta
y de las sombras sales tu
te doy una canción de madrugada
cuando más quiero tu luz
te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor
y si no lo apareces, no me importa
yo te doy una canción.

Si miro un poco afuera, me detengo
la ciudad se derrumba y yo cantando
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga
creen que lo digo todo
que me juego la vida
porque no te conocen, ni te sienten.

Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar
te doy una canción con mis dos manos
con las mismas de matar
te doy una canción y digo patria
y sigo hablando para ti.

Te doy una canción como un disparo
como un libro, una palabra, una guerrilla,
como doy el amor.

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