PSICOÁNALISIS
Desconócete a ti mismo
“Parecer es un camino hacia ser, y tal vez el único”.Alain
Desde el sentido común, y desde un saber vulgar de la filosofía, se
“cree” como cosa dada, que existiría un “si mismo” que daría cuenta de
lo que verdaderamente somos, mas allá de la imagen conformista que le
ofrecemos al Otro para resultarle amable. Ese “si mismo” seria algo así
como un “yo soy verdaderamente así”.
Los
que así piensan “creen” que el Otro, esa mirada que nos sostiene o nos
deja caer se encuentra solo afuera. Muy por el contrario, como diría
Francis Jeanson: “el otro no solamente esta frente a nosotros, esta
en nosotros mismos”.
Por
lo tanto se “es” siempre para otro, que sea interno o externo carece de
importancia, no existe un “si mismo” diferente a un “ser para los
otros”, el ser es “UNO”. Se es siempre para el Otro.
El
psicoanálisis propone ir mas allá del “ser”, ya que considera que el ser
es solo parecer, apariencia, imagen para el Otro.
Ya
Hamlet se preguntaba “ser o no ser”. Por el lado del ser, que es siempre
ser para el Otro, tenemos las apariencias, el mortífero goce de
sentirnos indignos de ser como somos en comparación a lo que deberíamos
ser. Ese “deberíamos ser” es una instancia idealizadora, gozadora,
inalcanzable y mortificante que demanda ser imitada y cuando más cerca
estamos mas sufrimos. Por el lado del “no ser” es apuesta, es un
salto y caída en un vacío sin paracaídas, caída que es dejar de “ser
eso” para constituirnos en “otra cosa”. Caída que es dejar la
imagen, lo imaginario, así como también es un limite a lo que sabemos
acerca de nosotros, limite en el decir, es deshacer el enlace que unía
lo imaginario con lo simbólico de las palabras que nos hacían ser.
Orientarse por el lado del “no ser” es dirigirse hacia lo REAL, abrir un
espacio, una brecha que cause nuestro deseo, es enlazarnos de otro modo
con la vida, sin las ataduras del ser, es llegar a constituirnos en un
“nuevo sujeto”. Sujeto que no es ser.
El sujeto es lo múltiple, la multiplicidad de alternativas, lo abierto
al deseo, deseo que es vida. El “ser” es lo UNO, la impotencia, la no
alternativa, la demanda insoportable del Otro.
Hay
terapeutas que “esperan” de sus pacientes que lleguen a “ser” lo que
idealmente ellos piensan que es lo mejor, así el paciente concluye su
terapia si logra llegar a parecer lo que su terapeuta “espera” de el.
Un
psicoanalista no espera, no deja para mañana lo que desea hacer hoy,
actúa, y lo hace a través de único recurso que dispone, la
interpretación, que es palabra no-dicha o semi-dicha. Un psicoanalista
no sugiere, no dirige, no ordena, no impone, no se posiciona como Amo,
ni como Otro Ideal. Un psicoanalista causa la cura, no la decreta.
Si un terapeuta comete el error paternal de aplastar la independencia
del sujeto que consulta, recibirá como respuesta un rechazo, que es la
interrupción del tratamiento; porque el paciente no esta dispuesto a
depender de su psicólogo, y dirá: “ Amos son los que sobran”. De
allí que algunos pacientes que han pasado por consultorios de terapeutas
habituados a comportarse como Amos, descrean, con razón, de las virtudes
de una terapia. Son esos terapeutas que se guían por el “ser”, que se
enredan entre las apariencias y no por el lado del sujeto, sujeto que lo
es del deseo.
¡ Y
que nos guíe el deseo!.
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próxima.