PSICOANÁLISIS  NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

Como una gota fui de la marea la playa me hizo grano de la arena.
Fui punto en multitud por donde fui, nadie me detecto y así aprendí.
Cuando creí colmada la tarea volví mi corazón a Casiopea... S. Rodríguez. 

 


Gotas de sueños y palabras. Señales que se dan. Hoy solo sobrevives. Mundo propio, mundo ajeno. Mundo impropio, mundo inmundo. Hay quienes levantan los ojos al cielo y miran estrellas que brillan. Hay otros que ensueñan playas. 
Playas que se sueñan a lo lejos, esas eternamente soleadas. Lo frió es otra cosa. Tareas que una vez hechas no se sabe que hacer. Volviendo el corazón hacia estrellas lejanas, viajes a millones de años luz. 
El hogar. Lo tibio y el frió de los sentimientos. Trances donde se debilita el amor lentamente. Casi conseguimos lo querido, pero ese casi se aleja día a día. Una Casiopea podrá ser una constelación de estrellas lejanas que miras en el firmamento y que brilla por la noches, tan lejana. Una estrella brilla. Se ve. La vemos noche a noche, cuando se nubla es otra cosa, en otra oportunidad hablaremos de esa nubes que ocultan estrellas. Pero hoy la coordenadas nos orientan en hallar estrellas. Estrellas que están a millones de años luz. Hablo de esas que brillan por las noches, como lucecitas en tu techo libre. Lejos y que brillan. Lamentablemente la ciencia nos informa que algunas estrellas que vemos brillar en el firmamento ya no existen, la velocidad de la luz traiciona a los sentidos. Así una estrella que vemos brillar hoy en día, tal vez dejo de existir hace ya algún tiempo. ¿De allí que ex –siste un mundo propio?. No todo lo que brilla es oro, ni estrella.
Y así hoy hablamos de los imposibles. ¿Es imposible contar los granitos de arena que tiene una playa?, seguramente alguien que lo intente se sentirá impotente, pero la impotencia no es imposibilidad. Para hallar estrellas hay que encontrar coordenadas. El oficio de un psicoanalísta es el de delimitar coordenadas de estrellas, entre lo posible y imposible.
Lo propio y lo ajeno. Y a pesar del todo se sobrevive.
Coordenadas para orientarnos en esa búsqueda de alguna estrella que nos haga parpadear.
Sucesos que nos hacen hacer punto y aparte. Grano de arena, diminuto, indetectable, con ganas de dar vuelta todo de un empujón.
Los planes que se hacen para toda una vida, y esa soledad que con-sume. ¿Habrá que restar?.
Sobrevivientes de un pasado que se planto de frente al futuro. 
Deseos que intentan sobrevivir, en tanto no sean detectados.
Y esa espera por un futuro lindo que se aleja con cada estocada. Estocada que duele cada vez que te acuerdas, aunque pase el tiempo. Porque no llego a ser un “aquello”, y día a día es un “esto”. Restos imposibles de olvidar. Deuda.
Deudas y Dudas. 
Si cuando mas lo necesitaste te faltaron las orejas amigas para escucharte. Así decidiste volver tu corazón hacia ti mismo.
Esperas coordenadas nuevas. ¿Qué paso?.
Con suerte se te mostrará una nueva lección que te debilitará día a día. Y no encuentras la causa. Causas breves nuevas, lejanas antiguas.
Gotas de sufri-miento. Sufres por. Te mientes por. Colmados de hacer lo debido sin responsabilidad. Obediencias que jamás serán humanas. Un Yo que cuando se encuentra es Otra cosa. Demandas que dicen: “Deja lo que estas haciendo, y bríndame atención”. Hoy eres lejanía, colgado a esa estrella distante. Personas que te aman, y que te piden que regreses al mundo tu-yo.
Tu-yo, Tu-él, Tu-ella, Tu-ellos. Hoy y siempre sin hogar, algo te tira mas allá de tu estrella. Lentamente se debilita tu estrella. Pequeñas gotitas de sonrisas que se van debilitando. Alguien que espera un encuentro. Otro que necesita una lección.
Encuentros. Soledades.
Lecciones que son ausencia de acciones. 
Experiencia que es un ex, un antes. 
Una elección que está a un millón de años de luz de una lección.
Siempre alguien se equivoca si cree saber.
Lo nuevo no pide permiso, se impone. Y habrá que semblantear lo nuevo, por mas que la mascara de lo antiguo se atrinchere, sin memoria, en los lugares mas queridos.
Coordenadas desordenadas al aire. Un análisis no es orden. No de trata de ordenar a un paciente sobre que seria lo mejor para él, sino de ayudarlo a decidir. 
Decidir es un decir, tomando en cuenta el decir de Otro. Cuantos des-dichas nos ahorraríamos si tomáramos en cuenta al Otro. Amor en forma de interrogantes desde una estrella lejana. Y a descifrar. Quizás algún día te encuentres escuchando a tu estrella.


 


GABRIEL O. ALVAREZ. PSICOANALISTA

Mail: [email protected]
Sitio en Internet: https://www.elalmanaque.com/psicologia/
Desde ya muchas gracias y hasta la próxima.

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