La Poes�a
Miguel Hern�ndez (1910-1941)NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus d�as
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi ni�o estaba.
con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre
escarchaba de az�car,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
R�ete, ni�o,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
r�ete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
R�ete tanto
que en el alma, al o�rte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
c�rcel me arranca.
Boca que vuela,
coraz�n que en tus labios
relampagueas.
Es tu risa la espada
m�s victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol,
porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
s�bito el p�rpado,
y el ni�o como nunca
coloreado.
�Cu�nto jilguero
se remonta, aletea
desde tu cuerpo!
Despert� de ser ni�o.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
R�ete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
�Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes r�es
Con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
ser�n ma�ana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
Correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela ni�o en la doble
luna del pecho.
�l, triste de cebolla.
T�, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.