HELIODORO

Don del Sol, ése es el significado de este nombre. Dwron (dóron) es regalo, don, obsequio. HlioV (Hélios) es el nombre griego del Sol, la divinidad suprema en las religiones animistas, las más antiguas y que tuvieron una vida de decenas de milenios; el segundo rey de la dinastía de los dioses, que reinó treinta mil años, según la mitología egipcia. Y con sucesivas personificaciones en la mitología griega, la última de las cuales fue en Apolo. Este nombre propio tiene una gran solera: está documentado desde el siglo V antes de nuestra era. Se ha mantenido a lo largo de los siglos como nombre selecto y siempre muy apreciado.

San Heliodoro obispo y confesor, en la antigua Altinum, ciudad devastada por los hunos, situada a orillas del Adriático, en la región de las lagunas vénetas. Nació en Dalmacia, a mediados del siglo IV, de familia noble, coetáneo de san Jerónimo, fue a Italia a perfeccionarse en los estudios, y de ahí pasó a Aquileya, en el Véneto, donde conoció a san Jerónimo, creando con él una gran amistad. Formando equipo con éste y con Inocencio y Evagrio, fueron hacia el Ponto, Bitinia, Cilicia, Capadocia y Siria. Volvió a Aquileya en 372, para atender a la educación de su hijo Nepociano, a solicitud de su hermana. Al poco tiempo Nepociano se ordenó presbítero. Heliodoro ingresó en un monasterio. Por su sabiduría y su santa vida, fue requerido a dejar el monasterio para ocupar la sede episcopal de Aquileya. Destacó de manera notable tanto por su doctrina como por su ejemplaridad, en el concilio de aquella ciudad. Murió un 3 de julio. San Jerónimo le dedicó, además de dos cartas, la traducción latina de los libros de Salomón. El año 697 el obispo Deusdedit trasladó los restos del santo a la iglesia de Santa María de Torcello.

Los Heliodoros celebran su onomástica el 6 de mayo (S. Heliodoro mártir africano juntamente con S. Secundiano obispo, S. Jacobo diácono y S. Mariano lector); el 3 de julio (S. Heliodoro obispo de Aquileya); el 20 de agosto (S. Heliodoro martirizado a los 95 años).

Heliodoros de renombre han pasado a la historia, como el formulador de las Hipótesis ópticas, en tiempos de Ptolomeo; como el filósofo aristotélico citado en la Vida de Plotino; el filósofo neoplatónico de fines del siglo V a. J.C.; el filósofo estoico del tiempo de Nerón; el autor de la novela Etiópica, que vivió en el siglo III y nos dejó en ella valiosísima información sobre las costumbres y los valores de aquella época.

Los Heliodoros pueden estar legítimamente orgullosos de su nombre. Se recuerda en él el antiquísimo culto del Sol, que dominó el ámbito religioso de la humanidad durante milenios, que nos dejó los grandes templos solares y las grandes símbolos solares, las grandes fiestas del fuego y del sol que perviven en todo el mundo. Eso y más es lo que contiene este nombre. Llevar un nombre que significa "Don del Sol", que eso es la tierra, el agua, la vida, es llevar un bellísimo nombre. ¡Felicidades!

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