VISITACI�N

Este nombre hace referencia a la visita que hizo la Virgen Mar�a a su prima santa Isabel para celebrar con ella la felicidad de su embarazo. Este hecho tiene especial relevancia en el Evangelio y posteriormente en la vida de la Iglesia. San Francisco de Sales, junto con santa Juana Francisca Fr�miot de Chantal fund� la orden religiosa de la Visitaci�n cuya finalidad era visitar a los enfermos en sus casas, de ah� que en Francia sean conocidas como las visitandinas.

La Visitaci�n de Nuestra Se�ora es un episodio especialmente amable de la vida de Mar�a, que sirvi� de inspiraci�n a numerosos artistas. Rafael, Giotto, Juan de la Robbia, Ticiano, Bernini Ghirlandaio, Del Piombo, Andr�s del Sarto y muchos otros han dejado sus pinturas y esculturas de la Visitaci�n, un episodio narrado en el cap�tulo primero del Evangelio de san Lucas con estas palabras: "Aquellos d�as Mar�a se fue diligente a la monta�a, a la provincia de Jud�. Entr� en casa de Zacar�as y salud� a Isabel. Cuando Isabel oy� la salutaci�n de Mar�a, el ni�o le salt� en las entra�as, e Isabel qued� llena del Esp�ritu Santo y exclam� con voz fuerte: Bendita t� entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. �Y de qu� me viene que la madre de mi Se�or me venga a visitar? Porque tan pronto como ha llegado tu salutaci�n a mis o�dos, el ni�o ha saltado de alegr�a en mi vientre. Y bendita la que ha cre�do que se cumplir� todo lo que se le ha dicho de parte del Se�or. Mar�a dijo entonces: Mi alma glorifica al Se�or y mi esp�ritu se alegra en Dios mi Salvador... Mar�a se qued� con ella unos tres meses y se volvi� despu�s a su casa. La Iglesia cierra con esta fiesta el mes de mayo, record�ndonos este episodio tan tierno de su vida, del que surgen dos de los m�s hermosos cantos de alabanza: la segunda parte del Avemar�a y el canto del Magnificat.

La fiesta de la Visitaci�n de Mar�a se celebraba desde el siglo VI en las t�mporas de Adviento. En el siglo XIII san Buenaventura le dio gran impulso. La Iglesia con esta fiesta quiso crear un clima propicio para que la Virgen visitase la cristiandad en un momento en que tanto lo necesitaba para resolver el cisma de Occidente. En muchas feligres�as de Burgos se celebr� con especial solemnidad la fiesta de la Visitaci�n. En la villa de santo Domingo de Silos recibe esta fiesta el nombre de Santa Isabel. Despu�s de la Misa Mayor conducen en procesi�n, entre toques de dulzaina, a su santa patrona la Virgen del Mercado al pie de un corpulento y a�oso olmo. A su sombra ocho ni�os danzantes vestidos de blanco y ataviados con cintas y pa�uelos de colores, ejecutan t�picas mudanzas con palos o cord�n, terminando con lo que denominan baile de la Virgen. Entre medio cada uno de los ocho infantes, precedido del director del baile, llamado zarrag�n, declaman sus poes�as, distintas cada a�o, pidiendo protecci�n a la Virgen.

Tal como con los nombres de Concepci�n y asunci�n recordamos los episodios m�s divinos de la vida de Mar�a, con el nombre de Visitaci�n recordamos el m�s humano. Las singulares fiestas de la Visitaci�n nos dan la medida de la belleza este nombre. �Felicidades!

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