ESTER

Nombre b�blico, que trae su origen de la palabra persa st�ra, que significa estrella (comp�rese con el griego aster / ast�r, de igual significado, de donde viene astro). Es un nombre que ha cautivado siempre por su sonoridad y belleza. (Hay quien prefiere la graf�a inglesa Esther). Se celebra la onom�stica el 24 de mayo.

Ester fue una israelita cuyos padres hab�an sido deportados a Babilonia hacia el a�o 600 a. J.C., y que lleg� a ser reina de Persia por su extraordinaria belleza, acompa�ada de tales dotes personales, que el rey Asuero (hijo de Dar�o I, llamado tambi�n Jerjes I) dej� prendado en ella su coraz�n. Al quedar hu�rfana Ester de padre y madre, siendo todav�a muy ni�a, fue recogida y educada por su t�o Mardoqueo. Am�n Agagita, primer ministro del rey, ve�a con malos ojos el ascenso de Mardoqueo en palacio, maquin� por tanto contra �l de la peor manera que se le ocurri�: le plante� al rey que los jud�os empezaban a ser un peligro, porque su crecimiento era mayor que el de los persas, y su enriquecimiento tambi�n, por lo que ser�a conveniente para el reino prevenir males futuros confisc�ndoles los bienes y extermin�ndolos. El rey le dio carta blanca para que hiciese lo mejor para el reino. Mardoqueo descubri� el proyecto de Am�n y suplic� a Ester que buscase la manera de frenarle. Junt� Ester belleza, audacia e inteligencia. Se present� deslumbrante a presencia del rey sin haber sido llamada (lo que era un enorme riesgo) y consigui�, como quien no quiere la cosa, que �ste se enterase de que Mardoqueo le hab�a salvado la vida tiempo atr�s desarticulando una conjura. Pregunt� el rey a Ester qu� premio hab�a obtenido el que le hab�a salvado la vida, y le contest� �sta que ninguno todav�a. Llam� pues a su primer ministro y le pregunt�: "�Qu� es lo que hay que hacer con un hombre a quien el rey desea honrar?" Pensando Am�n que el rey se refer�a a �l, enumer� todos los honores que para s� deseaba. Cuando hubo acabado, le dijo el rey: "Pues ve y haz todo esto con Mardoqueo", con lo que qued� desactivado su plan contra �l y su pueblo. La belleza, la inteligencia y la audacia de Ester, maravillosamente combinadas, obraron el milagro, por lo que es recordada a lo largo de los siglos.

En torno al nombre de Ester hay gran abundancia iconogr�fica. Su gesta inspir� a numerosos artistas. Mantegna y Rembrandt representaron la escena Mardoqueo suplicando a Ester; el Veron�s, Burgkmair, Tintoretto, C. Vignon, Poussin, F. Van Mieris plasmaron en sus lienzos el Desmayo de Ester; el Veron�s represent� tambi�n el Triunfo de Mardoqueo; C. Witz, Tintoretto y J. Steen pintaron el Ruego de Ester a Asuero; Rembrandt y F. Franch representaron El banquete de Asuero. Tienen, pues, las que lucen este bello nombre una buena galer�a de espejos en que mirarse. Y si lo que prefieren es recrear sus o�dos, ah� est� el primer oratorio de H�ndel; o la tragedia en tres actos y en verso, acompa�ada por coros, titulada tambi�n Ester, obra de Racine, si desean halagar su vista y sus o�dos con el teatro l�rico. Pocos nombres pueden lucir tal derroche art�stico. Realmente, nacer Ester es nacer con estrella. Es llevar grabado en el nombre un espl�ndido destino. �Felicidades!

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