IV CENTENARIO DEL QUIJOTE - BIOGRAFIA DE CERVANTES


Infancia y Juventud
De noble cuna, aunque de pobre familia, nació Miguel de Cervantes el 7 de octubre de 1547. Varias ciudades se disputaron el honor de ser su cuna; hoy se tiene como cierto que nació en Alcalá de Henares, siendo bautizado en la iglesia Parroquial de Santa María la Mayor. Su padre era un pobre cirujano cargado de familia, por lo que el pequeño Miguel no tuvo ocasión de recibir estudios que avivaran su inteligencia. Mas, ésta era tan despierta, y su afición a la lectura tan viva, que de niño recogía y leía hasta los papeles rotos que encontraba por las calles. También, fue enormemente aficionado al teatro y no desperdiciaba ocasión de meterse en los viejos corrales donde se representaban las comedias de entonces. Así pudo admirar al gran Lope de Rueda.

Cervantes en Italia
Al morir la reina Doña Isabel de Valois esposa de Felipe II. Miguel de Cervantes contaba 21 años y vivía en Madrid. Llevado por su afición a las letras, escribió en tal ocasión un soneto, una elegía en tercetos, y otras composiciones poéticas, en alabanza de la soberana fallecida. Tuvo también ocasión de conocer al legado de Su Santidad, Monseñor Julio Acqúa Viva, prelado de 24 años muy virtuoso e ilustrado, a quien agradaba el trato con los más peregrinos ingenios de la época. Al conocer a Cervantes le propuso llevarle a su servicio, al regresar a Italia, a lo cual accedió el joven poeta, pues nada ansiaba tanto como viajar y ver mundo. La Italia del Renacimiento  estaba entonces en todo su esplendor y Cervantes se sintió feliz entre tantas maravillas de arte y de belleza, que más tarde describió en sus novelas.

La batalla de Lepanto
Mas no era Cervantes de la madera de los criados. Pronto se cansó de la vida muelle y regalada que llevaba en casa de Monseñor Acqua Viva, y determinó abrazar la carrera de las armas. Un día, se alistó de simple soldado en la compañía del famoso capitán,
Diego de Urbina. En ocasión en que las naves españolas fueron enviadas por Felipe II, y al mando de Don Juan de Austria, a aliviar la triste situación de los venecianos a quienes hostigaban sin cesar los hombres del Gran Turco, la compañía de Urbina, y con élla Cervantes, fue destinada a la galera «Marquesa». Después de largos días en el mar, la escuadra cristiana descubrió, el 7 de octubre, a la armada turca, frente a las bocas de Lepanto. El ataque lo inició la: «Marquesa» y aunque Cervantes se hallaba enfermo, subió a cubierta y luchó bravamente, perdiendo el movimiento de un brazo en aquella tan gloriosa ocasión.

Cervantes soldado
En adelante fue llamado, Cervantes, «El manco de Lepanto». Sus heridas eran graves y tuvo que permanecer en un hospital de Messina, hasta curarse de éllas. Don Juan de Austria, jefe supremo de la flota cristiana e hijo de Carlos V, le visitó en tal ocasión alabando su valor y dándole algunos ducados para su mejor asistencia. No pasó, sin embargo, de soldado raso, y al quedar restablecido del todo, en 29 de abril de 1572, se incorporó al Tercio del famoso don Lope de Figueroa. En Sicilia y en Corfú, persiguieron y lucharon con los turcos, realizando el 9 de octubre la expedición a Túnez. En este plan guerrero vivió Miguel de Cervantes 5 largos años, peleando por tierra y por mar, gozando con las bellas cosas que veía, pero padeciendo pobreza, privaciones y cruentas heridas. Por ello obtuvo licencia de sus jefes para regresar a la patria.

Cervantes cautivo
El propio don Juan de Austria, dio a Cervantes cartas de recomendación para el rey de España, añadiéndose otras del Duque de Sesa y de Terranova, virrey de Sicilia, en que se encarecían los méritos de aquel noble soldado. Lleno, pues, de esperanzas, embarcó Miguel de Cervantes en Nápoles y en la galera llamada del Sol, Le acompañaba su hermano Rodrigo de Cervantes y otros muchos distinguidos caballeros y nobles soldados. Después de varios días de navegación, el 26 de septiembre de 1575, la galera española vio acercarse rápidamente una escuadra de galeras turcas. Eran tres naves bien pertrechadas y el bajel uno solo. El combate fue pues, desigual, pero reñido. Muchos españoles quedaron muertos en la cubierta de la galera «Sol» y los otros hechos cautivos y llevados a Argel. Entre éstos estaba Cervantes.

Cervantes en las mazmorras de Argel
El equipaje de Cervantes fue registrado y al hallársele las cartas para el rey, se le tuvo por caballero muy principal... por lo que al llegar la hora de repartirse los cautivos, Cervantes fue otorgado al arraez Dali Mami. Este, esperando lograr por él cuantioso rescate, lo cargó de cadenas haciéndole pasar por mil penalidades para inducirle a pedir con mayor urgencia el rescate a los suyos. Cuando los padres de Cervantes
supieron lo que ocurría, reunieron todo el dinero que les fue posible y lo enviaron a Argel, pero sólo bastó para rescatar a Rodrigo pues la codicia del arraez pedía por Miguel una suma crecidísima. En el cautiverio, el ánimo valiente de Cervantes fue de gran utilidad a sus compañeros de desdicha. Más de una vez concertó la fuga con ellos y aún pudo salvar a algunos, pagando luego él las consecuencias.

Regreso a la patria
Más de una vez la traición estorbó su proyectada fuga, y de mal en peor, fue a parar, de manos del cruel Dalí Mamí, a las del feroz Azan Agar, quien quería emplearle como remero a  bordo de sus galeras. Amarrado con una cadena estaba ya al banco, cuando los frailes redentoristas llegaron a Argel con la misión de redimir algunos esclavos. Era el 29 de mayo de 1580, cuando tuvo Cervantes uno de los mayores contentos de su vida: el de recobrar la perdida libertad, y, después de largo cautiverio, partir sano y salvo para la patria. A ella llegó con la alegría consiguiente, continuando aún por algún tiempo su vida aventurera. Estuvo en Portugal, formó parte de la expedición a las islas Terceras, fue a Mostagán y a Orán con el tercio de don Lope de Figueroa. y en 1582, regresó ya para siempre a España y se casó en Esquivias, con doña Catalina de Palacios.

Cervantes y las letras
Hemos visto a Cervantes cultivar, desde niño, las letras. De mozo parece haberlas dejado por las armas. No fué así del todo, pues en sus largas andanzas aventureras, recogió de la vida, material abundante para su obra literaria, y aún en las mazmorras de Orán se entretenía en escribir y representar comedias. Es desde su matrimonio, sin embargo, cuando deja definitivamente la espada por la pluma. Ante todo escribe «LA GALATEA», novela pastoril en que tenía grandes esperanzas; y después escribe varias comedias, entre las cuales sólo han sobrevivido a su autor «EL TRATO DE ARGEL» y «LA NUMANCIA». La llegada al teatro español del gran Lope de Vega hace oscurecerse la estrella teatral de Miguel de Cervantes. Como su penuria era grande, Cervantes hubo de aceptar un puesto de alcabalero, equivalente a nuestro recaudador de contribuciones, y habiendo perdido una regular cantidad, fue condenado a tres meses de cárcel.

Don Quijote de la Mancha
En la prisión de Argamasilla de Alba, se dice que fue escrito el «QUIJOTE» y aun el mismo Cervantes lo corrobora en el prólogo a su obra inmortal, y es realmente admirable que en un lugar donde «toda incomodidad tiene su asiento» se escribiese esta obra maestra de ironia y humor. Al salir Cervantes de la cárcel y probar su inocencia, no encontró editor para su libro y en vano se dirigió a los grandes señores de la corte para que costearan los gastos de edición. Sabiendo que el Duque de Béjar, era muy inclinado a proteger las Bellas Artes, rogó a este magnate que quisiera escuchar nada más que un capítulo de la lectura de su libro. No se negó el Duque, en cuyo palacio, ante un selecto público, leyó Cervantes el capítulo anunciado. ..causando tan gran entusiasmo, que el audítorio no le dejó acabar hasta dar fin al último capítulo.

Muerte de Cervantes
No hay que decir que el Duque de Béjar costeó la edición del libro. y que éste, pronto se hizo famoso, dando a su autor no ya la celebridad y la gloria, sino la fortuna. Después del «DON QUIJOTE». Cervantes escribió otras muchas obras, siendo las más celebradas entre ellas las Novelas Ejemplares, narraciones cortas en que se refleja la vida española de aquel tiempo. En el año 1615 vio la luz pública la segunda parte de «EL INGENIOSO HIDALGO. DON QUIJOTE DE LA MANCHA»cuyo triunfo fue muy superior al que había obtenido la primera. Los literatos de la época, sin embargo. hicieron sufrir a Cervantes grandes desengaños, pero el pueblo le otorgó la popularidad que merecía. Llegó a la vejez muy pobre y solo pues su mujer había muerto. Le protegió, para que pudiera subsistir, el Conde de Lemos y el 23 de abril de 1616, dejó de existir Miguel de Cervantes Saavedra, siendo su entierro tan humilde como había sido su vida.