VERDADES, CARICIAS DE PIEDRA.
 

 Desde la cama nuestra, enorme, vacía, improvisado útero.

mi niña, mi amada mujer,

te envío mi encogerse; mi sobrecogerse ante tu armada fría,

ante tu ataque pasivo,

ante tu juicio.

Noches blancas, veladas negras,

Pensamiento que gira y da vueltas

entre sábanas deshechas,

buscando el desagüe de la consciencia.

Me siento el armario

que guarda el pijama tuyo, junto a mi ropa

esperanza todavía de promesas eternas,

de dulces, suaves sueños otra vez.

Estoy sin brazos, sin adversario,

vuelve. Por favor.

nada de trucos,

nada de palabras complicadas,

de intrincadas contingencias,

nada de salvas, de fuegos artificiales,

nada de copas, estatuas, aplausos, sigo durmiendo,

desnudo, in útero, sigo indefenso,

náufrago de luces sin sombra.

Incubo mares sin calma

flotando por sueños sin forma,

escojo un alma del perchero

gestando una esperanza.

Anhelo de despertares, ansia de sentidos,

no tengas prisa, siente,

siente... sé,

vuelve... ven.

Miguel Angel Ruiz