DESVELADA
Como soy reina y fui mendiga, ahora
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, p�lida, a cada hora:
"�Est�s conmigo a�n? �Ay, no te
alejes!"
Quisiera hacer las marchas sonriendo
y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sue�os: "�No te
has ido?