TRAVESTISMO
La primera sorpresa de quien busca este término en un diccionario, es
que lo encuentra en la sección de medicina, subsección de psiquiatría.
El origen del término es carnavalero. La Espasa, anterior a esta
catalogación (ed. de 1928), trae sólo el término travestido, da.
Indica que viene del italiano travestito, y le asigna el
significado de "disfrazado o encubierto con un traje que hace que se
desconozca al sujeto que usa de él". Es, en efecto, un sinónimo de
disfrazado, que hemos preferido reservar para referirnos a la
utilización de este recurso para parecer (y para sentirse) del otro
sexo.
La Larousse añade a ese adjetivo un dato importante "Teatr. Papel
que se encomienda a persona de sexo contrario al personaje que
representa. (Era práctica frecuente en el teatro isabelino y lírico.
Úsase también travestí.) En efecto, el teatro, que emplea la
máscara (persona la llaman en latín, que ahí fue donde se
inventaron la persona y la personalidad) como recurso de caracterización
y como símbolo, extrajo estos recursos de los ritos fúnebres en que los
vivos adquirían la personalidad y la personificación de los difuntos,
para así hacerlos revivir. Hay que añadir que ya desde Grecia y Roma se
practicaba el travestismo en el teatro, porque al estar muy mal visto
que las mujeres trabajasen en él, sus papeles los hacían siempre hombres
travestidos de mujer, que conseguían imitar muy bien no sólo el vestido,
sino también la voz, el porte, etc.
El travestismo nació pues muy sano. Cierto es que elegían
dedicarse al teatro gente marginal, entre ellos aquellos a quienes su
naturaleza les inclinaba al travestismo. Los cómicos de todos modos
estaban muy mal vistos, por eso nos han quedado este término y el de
payaso como peyorativos per se y como insultos. El caso es que
quienes sintiéndose fuertemente impulsados al travestismo no podían
practicarlo, puesto que la sociedad se lo impedía, acabaron quebrándose
a causa de esa tensión y acudiendo al médico del alma para restaurar los
destrozos. Y los psiquíatras le pusieron nombre a esta dolencia del
alma; la llamaron travestismo. El Diccionario Terminológico de
Ciencias Médicas (Labor 1987) remite a transvestismo y lo define
como Utilización de prendas e incluso de hábitos sociales del sexo
opuesto, con lo que el sujeto puede experimentar una excitación o
satisfacción sexual. Se observa en homosexuales y especialmente en
transexuales. Sin. Eonismo, travestismo.
Ahí está la palabra, pero el hecho va más allá. En efecto, tenemos ya
dos fiestas al año en que el travestismo está bien visto y
celebrado. Son las de Todos los Santos (conmemoración de los fieles
difuntos) y Carnaval. En estas ocasiones uno de los recursos habituales
es precisamente el disfraz que implica cambio de sexo. El hecho de que
en estos días se acepte que cada uno se muestre en el sexo que le
parezca, da ocasión a todos los transexuales de exteriorizar sin
necesidad de ningún recato la personalidad que llevan más o menos
reprimida habitualmente. Y a los que no lo son, les da la oportunidad de
salirse de sí mismos y acercarse a una forma distinta de verse y ser
vistos.
Mariano Arnal