LAURA

Laurus es la palabra latina de la que procede el nombre de Laura. Es el laurel, es la corona del triunfo, es la victoria y... desde Petrarca es la pasi�n. Laura es el nombre femenino del laurel, que de este modo incorpora la gracia y la belleza femenina a su alt�simo valor simb�lico. El laurel es un �rbol sagrado procedente de la India, que mantiene su prestigio desde la antigua Grecia, hasta nuestros d�as. Su verdor perenne, su elegancia, su perfume y las virtudes que le acompa�an, han hecho del laurel el s�mbolo de la inspiraci�n y de la victoria. Por eso se han coronado con �l los poetas y los vencedores. Con ser el de Laura un nombre bell�simo, nunca se ha prodigado en exceso, por lo que mantiene esa aura de nombre selecto que contribuye a ennoblecerlo. Celebran su onom�stica las Lauras el 1 de junio, pero pueden optar tambi�n por el 18 de agosto, el 19 de octubre o el 22 de enero.

Laura de Noves (1308-1348) fue la musa de Petrarca, el aliento de su poes�a, la inspiraci�n de su vida. Conoci� Petrarca a Laura en Avi��n, donde viv�an ambos, un viernes santo. Fue verla y enamorarse. El nombre tuvo tambi�n su parte en el enamoramiento.Petrarca so�aba con la gloria, amaba los laureles. El Senado de Roma y la universidad de Par�s le coronaron con el laurel de los poetas. Pero su aut�ntica corona de laurel, su inspiraci�n, su pasi�n �nica e inextinguible era Laura. Fue el de Petrarca un amor rom�ntico, apasionado, inspirado. Era Laura una mujer casada, y Petrarca un hombre de recta conciencia, por lo que siempre le atormentaron los escr�pulos sobre su relaci�n con su amada, que no fue tan solo espiritual y po�tica. Pero sus versos nunca fueron profanados por nada que no fuerse la llama misteriosa de su pasi�n, la gentileza, el �xtasis intelectual, el deseo sofocado apenas nacido. Fue el car�cter de amor imposible lo que hizo que se transformase su amor por Laura en amor po�tico, amor cort�s. Gustaba hablar de la esclavitud a que le ten�a sometido Laura. Era recibido Petrarca en casa de �sta, pues al marido le halagaba sobremanera ser el anfitri�n de tan ilustre visitante, que en una inspiraci�n inagotable dedicaba a Laura sus bellos homenajes literarios. Pero cuando la pasi�n de Petrarca arreci� tanto que temi� Laura caer en la infidelidad, lo rechaz� y lo alej� de su casa, sin que por ello se apagase el amor mutuo que se profesaban. Muri� Laura v�ctima de la peste que asol� Avi��n, y fue enterrada en la iglesia de los frailes menores de esta ciudad. Cuando se enter� Patrarca de la muerte de su amada, su alma cambi� desde lo m�s hondo. Su poes�a mud� la alegr�a por la gravedad, la profundidad, la religiosidad. Petrarca sigui� cosechando los laureles de la gloria, pero sin Laura no ten�an el mismo perfume ni el mismo valor.

Es el de Laura un nombre de por s� bell�simo y evocador. En �l est�n las virtudes del laurel: su fuerza inspiradora, su perennidad, su capacidad de ahuyentar los rayos, su fuerza curativa. Y en �l est�n tambi�n la nobleza que le han a�adido siglos de historia representando el triunfo. Y por si algo le faltaba, el nombre de Laura encierra todo el amor de uno de los mayores poetas. �Felicidades!


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