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chispa de humor cada dia para alegrarte el ánimo.
Leyendas
urbanas
La
niña y las monedas de oro
REPRODUCIMOS A CONTINUACIÓN UN RELATO SORPRENDENTE QUE
NARRA LA EXTRAÑA HISTORIA DE UNA NIÑA DESAPARECIDA EN
CÓRDOBA. Y ES QUE, A VECES, LA AVARICIA ROMPE EL
SACO
Esta historia es muy conocida en Córdoba, pues existe
una antigua casa del centro de las ciudad que se dice
está encantada y cuenta que en ella hace mucho tiempo
vivía una familia acomodada que tenía una hija
pequeña y varias criadas a su servicio.
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos
en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto
para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos,
enormemente largo y oscuro, lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un
niño de su edad levantando una de las losetas y
metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña
no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del
muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la
ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí;
entonces apareció una de las criadas con una vela
enorme que también había visto lo que había pasado y
quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches
se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela
levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta
acabarlas. Todas las noches la niña,que por su tamaño
cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e
iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando
en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro
parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la
vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas
seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a
parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo
a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero
de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el
escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó
del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin
pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en
el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo,
mientras le gritaba que por favor saliera de allí y
dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela
terminó de apagarse. En el momento justo en que el
último rayo de luz salió de la vela la loseta se
cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña
dentro.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres
dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue
olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad
dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los
gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras
noche en el pasillo \"Por favor...socorro...sacadme
de aquí...\". Incluso la policía ha acudido
multitud de veces ante la llamada de los vecinos que
oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo
caserón lo único que siempre han encontrado es una
vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una
loseta...
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