EL CUCHARÓN DE PLATA

Ramón vivía, en un departamento con Teresa. Ante los ojos de la familia de Ramón, Teresa solo compartía departamento con Ramón... Nadie podía comprobar otra cosa. Un día, Ramón invita a su madre a cenar una noche en su apartamento de soltero.

 Durante la cena la madre no pudo quitar su atención en lo hermosa que  era  Teresa, la compañera de apartamento de su hijo. Durante mucho tiempo ella  había tenido sospechas de que su hijo tenía relación con Teresa y al  verla,  la sospecha no pudo sino acrecentarse.  En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los  dos  se comportaban, se preguntó si estarían acostándose. 

Leyendo a su madre el pensamiento Ramón le dijo: - Mamá, se lo  que estás pensando, pero te aseguro que Teresa y yo solo somos  compañeros de apartamento. 

Aproximadamente una semana después, Teresa le comentó a Ramón que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba  el cucharón grande de plata para servir la sopa. Ramón contestó que, conociendo a su madre, dudaba que ella se lo hubiese llevado pero que  le escribiría una nota, y que la dejaría en un lugar visible en la  casa  de su madre...  En la puerta del refrigerador.

Así que se sentó y escribió:  "Querida mamá: No estoy diciendo que tú tomaras el cucharón de plata de  servir salsas pero tampoco estoy diciendo que no lo hicieras, pero el hecho es que este ha desaparecido desde que tú viniste a cenar a mi departamento....... Con todo cariño, Ramón.

Unos días más tarde, sobre su escritorio Ramón encuentra una  nota de su madre que decía: "Querido hijo: No estoy diciéndote que te acuestas con Teresa o que no te acuestas con Teresa, pero el hecho es que si Teresa se acostara en su  propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir sopa  que yo puse bajo sus sábanas.
 
Con todo cariño, Mamá.