
GENOVEVA
Santa Genoveva
, patrona de París.
Hay que decir de este nombre que es sumamente singular. Se desconoce su origen, y se ha
prodigado poco tanto en los santorales como en las enciclopedias, y sin embargo es un
nombre de una gran solera y prestigio, que se lleva muy bien, porque detrás de él hay
una gran mujer que lo fue no por su origen ni por sus recursos o por su poder, sino por su
valor.
Nació Santa Genoveva el año 422, cuando tocaba ya a su fin el
Imperio romano de Occidente. Parisina castiza, fue dada a luz en el arrabal de
Saint-Denis, antiguamente Nemetodurum (Nanterre) y murió también en París, el 3
de enero del 512. Hacía ya medio milenio que habían cesado las conquistas, por lo que al
no incrementarse las tierras disponibles, la vida monástica era una gran solución
demográfica, pues retiraba de la reproducción importantes contingentes de población que
de lo contrario hubiesen generado fuertes tensiones en el tejido social. En este contexto
la virginidad fue una virtud en alza, que representaba un sacrificio de la mujer no sólo
en beneficio de su santificación personal, sino en beneficio de toda la sociedad. Dejóse
convencer Genoveva del valor santificante de esta virtud por San Germán, apóstol de
Inglaterra, a su paso por París. Ligóse, pues, con voto de virginidad siendo aún
adolescente. A los veinte años se presentó al obispo acompañada de otras dos doncellas
a ratificar su voto e iniciar la vida monástica.
Tuvo Genoveva la desgracia de caer postrada, víctima de una
parálisis. Pero no perdió por ello el ánimo, sino que concentró toda su fuerza
espiritual y convencida de que la fe mueve montañas, removió la montaña de su
parálisis de forma instantánea, cuando los médicos, después de hacer todo lo que
pudieron, la declararon incurable. Este hecho y la curación de otros enfermos,
especialmente cuando peregrinó a Tours para orar ante la tumba de San Martín, hizo que
se extendiese por todo París su fama de santidad. Otro prodigio en sentido contrario hizo
que además acudiesen a ella a pedirle consejo: realizó Genoveva cuantos esfuerzos pudo
para convencer a un hombre de que perdonase a un enemigo; pero éste se empecinó en no
renunciar a la venganza, y he aquí que antes de que tuviese tiempo de ejecutarla,
enfermó de repente.
Pero el suceso que más conmovió a París fue la valentía y la
fe de Genoveva, que no cejó en sus esfuerzos por convencer a los parisinos de que
organizaran la resistencia de la ciudad contra Atila, que avanzando con un ejército de
700.000 hombres ávidos de sangre y botín estaban desolando Europa. Lo consiguió por
fin, y París resistió la presión de Atila, al que llamaban el Azote de Dios, y
cuyo principal objetivo era la capital del imperio. A partir de ese suceso, tanto en lo
que le quedaba de vida como después de su muerte, París se encomendó a Santa
Genoveva, que en 834 libró a la ciudad de una inundación del Sena y en 1129, de una
grave epidemia; por lo que la consideraron y nombraron su Patrona.