Juegos Olímpicos : MITOLOGIA  

Zeus

Afrodita

Crono

CAOS 

Entre las divinidades preolímpicas, que no tienen por tanto su morada en el Olimpo, está Caos (CaoV (Jáos)), personificación del caos, el abismo, el espacio inmenso y tenebroso que existía antes de las cosas. El significado de caos se extendió a las infinitas extensiones del Tártaro y a las tinieblas de los infiernos. Y por una falsa etimología que lo hacía provenir de cew (jéo) =verter, pasó a significar la masa confusa de los elementos revueltos por el espacio, el mundo en desorden antes de ocuparse de él los dioses. Antes del principio por tanto fue el caos, que desde Hesíodo aparece como un dios informe del que han de proceder necesariamente los demás dioses, porque él es el punto de partida. 

La representación más genuina de Caos es con aspecto mitad de hombre, mitad de mujer, con la parte inferior del cuerpo envuelta en nubes. En una mano sostiene medio zodíaco, y en la otra una antorcha encendida. A sus pies una veleta y un jarro vertiendo agua. Una clara alegoría del desorden y de las cosas a medio hacer. 

Hesíodo define al dios Caos como un espíritu abstracto e indeterminado (el apeiron (ápeiron) del que el filósofo Anaximandro hace proceder todos los seres por agregación, separación y contraposición, gracias al movimiento incesante). Caos estaba envuelto en nubes y nieblas. De esa atmósfera nació la Tierra, en cuyas regiones oscuras se mantienen las nieblas y brumas. La primera generación de dioses nacidos de Caos fueron Erebo y la Noche, que a su vez engendraron a Éter (el aire) y Hemera (el día). En otra teogonía, la órfica, antes de Caos está Cronos, el primero de todos los dioses, del que nacieron el Éter y el Caos. En una tercera teogonía, la de Aristófanes, Eros (el Amor) y el Caos engendran a todas las aves. La síntesis más clara de la teogonía de Hesíodo, la que ha quedado como más emblemática, nos habla de la coexistencia de la Noche (nyx) y las Tinieblas (el Erebo) en el seno del Caos. Al separarse de éste, la Noche y las Tinieblas dan vida a Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra). 

“Lo primero que existió fue el caos”, dice Hesíodo. Aristóteles quiere entender que el Caos significa la nada. Otros muchos ven en esta primera divinidad difusa una clara inclinación panteísta. De hecho se trata de un primer dios indefinido de la naturaleza, primero también en el panteón animista. Ovidio, en el libro primero de las Metamorfosis, describe así cómo surgió el mundo del Caos: “Antes de que criase Dios el mar inmenso, antes de que descubriese las tierras, antes de que hiciese algo de cuanto cubre el cielo, había en toda la faz del orbe un rostro al que llamaron Caos, una mole ruda y descompuesta. Dios dirimió esta lid y le dio una mejor naturaleza”. 

El caos ha hecho fortuna también entre los científicos y matemáticos, que en la moderna teoría del caos lo han dotado de forma y le han concedido ciertas facultades constructivas y un cierto orden en el desorden, con un rostro mucho más amable y constructivo que el que le dieron quienes lo divinizaron poniendo en él el origen de todo cuanto existe animado e inanimado, material y espiritual.

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