La
Olimpiada era el espacio de cuatro años comprendido
entre la celebración de dos Juegos Olímpicos.
Durante su desarrollo se paralizaba cualquier otra
actividad, comercial o laboral, y por supuesto la
actividad bélica; en caso de que hubiera alguna
guerra en ese tiempo se establecía una tregua sagrada
que nadie podía quebrantar.
Se
disputaron 194 Juegos antes de Cristo y 97 en la época
posterior, sin que dejara de celebrarse ninguno hasta
su desaparición, hasta entonces sólo había sido
aplazada una edición, la del año 211, por decreto
imperial. El renacimiento de los Juegos
gracias al aristócrata normando Pierre de Fredi, barón
de Coubertin, 2.672 años después, no fue capaz de
instaurar la tregua olímpica (se ha interrumpido su
celebración en tres ocasiones a causa de dos guerras
mundiales), algo que si hacían aquellos pueblos.
Las
condiciones para poder participar en los Juegos eran
la de ser griego, hijo legítimo, ciudadano libre, y
que no existiera constancia de haber cometido ningún
delito. Hasta la mitad del siglo VIII a. C. solo podían
participar los helenos, dóricos, y arcadianos. Desde
entonces se admitió a todos los helenos hasta que
llegó la dominación romana y se abrió la
participación a otros pueblos.
El primer
campeón olímpico del que se tiene constancia fue un
cocinero de la Elida llamado Koroibos, que ganó la
carrera del estadio en el año 776 a. C. El primer
vencedor de raza no griega fue Tiberio que ganó la
carrera de cuádrigas, y el último campeón conocido
fue el armenio Varazdate, un representante de la raza
"bárbara", que ganó en la prueba de
pugilato.
Los Juegos
se celebraban en primavera y tenían una duración de
cinco días, de los cuales el primero y el último se
dedicaban a ceremonias. Había competiciones de
carreras, lanzamientos y combates, con o sin armas.
Pocas instituciones humanas pueden siquiera
aproximarse remotamente a la antigüedad de los Juegos Olímpicos.
Los primeros de los que se
tiene constancia se celebraron el año 884 a. C., pero los resultados
más antiguos que se conocen se remontan al año 776 a. C.
Pero leyenda y realidad se
confunden en sus orígenes. Según la mitología fue Zeus quien
instauró las Olimpiadas para celebrar su victoria sobre los titanes,
a los que arrojó del valle de Alfeo.
Hay quien atribuye su
origen a los Pisates, primeros pobladores del referido valle, y otros
a Pios, el fundador de Pisa, antigua capital del Peloponeso
Incluso hay quien los hace
originarios de la isla de Creta, desde donde llegaron a Grecia a través
de un sacerdote llamado Hércules, quien arrivó a Olimpia quince
siglos a.C. estableciendo la tradición olímpica cretense. Por su
parte Píndaro los atribuye a Heracles, un caballerizo del rey Augias,
soberano de la Elida.
También Turquía reclama
su invención basándose en el hecho de que las estatuíllas de
deportistas más antiguas que se conoce fueron halladas en la Anatolia,
de donde lo habrían importado los griegos copiando modalidades
tradicionales de los turcos, entre ellos la carrera de velocidad sobre
una distancia de 192,25 metros que se disputaba en honor del dios
Marduk.
Sea como fuere los
primeros datos reales que se conocen nos remontan al año 884 a.C.
Esos primeros Juegos se celebraron por iniciativa de Ifitos, rey de la
Elida, que pactó una tregua con Licurgo, rey de Esparta, y que tuvo
la idea de que hubiera paz entre todas las facciones en guerra en
Grecia: la paz olímpica o Ekecheiria. Esta paz se extendía desde los
tres meses anteriores a los Juegos y después de ellos, lo suficiente
como para permitir a los participantes un regreso seguro a sus
hogares.
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