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CONÉCTATE I

Los libros sagrados de la antigüedad nos describen contactos frecuentes que tenía la gente con criaturas de otra dimensión: ángeles, devas, dioses y otros. En la actualidad, muchos pueblos indígenas de América, pueblos de Asia y África, tienen también estos contactos. Pero en occidente, en nuestras ciudades no aparecen mucho.

¿Será una invención de los antiguos o de pueblos primitivos?¿O se habrán olvidado de esta parte del mundo? ¿Habrá inteligencias en dimensiones superiores a la nuestra?

Si existen, quizás nos estén enviando mensajes y ayuda en forma mucho más frecuente de la que piensas. Tal vez de tanto mirar hacia abajo, puedes olvidar que el cielo existe. A veces, los edificios no dejan ver la naturaleza y el horizonte.

Te hará bien para tu salud física, mental y espiritual dejar un tiempo para reencontarte con lo natural. Será beneficioso ir con frecuencia a lugares donde puedas ver el cielo, las nubes, las estrellas y un amplio horizonte. Estamos hechos para eso.

A veces, aquietando un poco la mente, las dudas y la desconfianza, puedes oir mensajes de otra dimensión. O si lo quieres, intuir algo. No está demás dejarse llevar de vez en cuando por un impulso. Caminar sin rumbo, descubriendo nuevos lugares y rutas.

CONÉCTATE II

Cualquiera sea tu creencia religiosa, o aun si no la tienes, seguramente reconocerás que el universo está bastante bien hecho. Y lo más importante, es que está ordenado. Esto permite conocer el clima, los suelos, el comportamiento de los ríos, horarios de salida del sol y muchos otros acontecimientos que posibilitan la construcción de nuestras civilizaciones.

Podemos conocer la estructura de una estrella, aunque nunca estaremos allí y aunque se encuentre a miles de años luz de distancia. Es que las leyes físicas y químicas son las mismas en nuestro jardín y en una lejana galaxia. El universo es coherente.

Algo o alguien lo hizo así. Esto me recuerda a dos pececitos dorados que estaban en su pescera. Filosofaban acerca de la estructura del universo, se maravillaban, como lo hacemos ahora, de lo ordenado de la Creación. Uno era creyente y el otro no. Aquí en este punto la discusión se hizo más acalorada. Entonces, un pececito le dijo al otro: "si no hay Dios, entonces, ¿quién cambia el agua?"

Pero estemos o no convencidos que alguien creó todo esto, de todas maneras está ordenado. Y esto puede tener una aplicación muy prática en tu vida. Aquí va un poderoso "secreto" del éxito.

Todos los entes de la naturaleza sirven para algo. Todo tiene una finalidad. Todo está relacionado entre sí. Los árboles, los ríos, las nubes, las criaturas... todo sirve para algo. Y si alguien hizo este mundo, también lo hizo por servicio. Si imaginamos un dios todopoderoso, ¿para qué iba a hacer un universo o un planeta Tierra? Solamente sería posible por amor y servicio.

Cualquiera sea tu creencia o no creencia, si sirves a los demás, si eres útil en tu vida, si contribuyes a una mayor felicidad en tu existencia y en la de los otros, estarás en sintonía con todo el universo, pues éste se encuentra lleno de entidades que sirven. Descubrirás que los acontecimientos en tu vida ya no serán un accidente, sino que tendrán un sentido y un propósito. ¡Inténtalo! Es la única manera de saber si es así o no.
CONÉCTATE III

La meditación ha guiado en todos los tiempos a los seres humanos a encontrar respuestas a situaciones que el pensamiento común no pudo resolver. Es que pensar mucho en un problema puede incluso aumentarlo. Es como darse vueltas en lo mismo. Te puedes extraviar en una ciudad que no conoces, pero basta que te entreguen un plano de ella para que puedas ubicarte. ¿Por qué? Porque te has puesto sobre la situación. En este caso has prácticamente salido de las callejuelas de la ciudad para ponerte sobre ella y mirarla desde arriba. ¡Esto es lo que hace la meditación!

Para meditar no necesitas adherirte a una secta o a una filosofía complicada. No necesitas adoptar posturas a las que no estás acostumbrado. Sencillamente puedes lograrlo sentándote, relajándote y dejando fluir tu mente. La meditación es sostener y controlar un pensamiento.

Si quieres ayudarte para resolver un problema, encontrar una solución o buscar una salida creativa, alimenta primero tu mente con la situación. Analiza todas las alternativas que se te ocurran, con sus pros y sus contras. Esto alimentará tu mente y guiará la meditación.

En seguida, relájate física, emocional y mentalmente. Construye en tu mente un pensamiento sencillo a través de una imagen simple: una luz, la llama de un cirio o candela, un símbolo sencillo o algo similar. Luego, deja fluir las imágenes o ideas que te vengan, sin analizarlas, sin juzgarlas. Simplemente deja fluir. Eres un observador sereno que contempla lo que sucede sin intervenir.

Si te entrenas en ello, lograrás conectarte con una dimensión superior de tu existencia. Terminada la práctica podrás analizar lo sucedido y encontrar respuestas. O quizás te lleguen días después como intuiciones, sueños o ideas inspiradoras.

CONÉCTATE IV

¿Hay pájaros en una ciudad moderna?

Si transitas por calles céntricas será difícil ver aves. ¿Pero, hay o no? Si intentas escucharlas, llegará a tus oídos un barullo enorme. Muchas voces, gritos, ruidos de motores, maquinarias de construcción, etc. ¿Cómo se podría oir el canto de las aves que, aunque pocas, han de existir? La única manera es apagando el ruido. Quizás en alguna plaza amplia hay un poco de menos ruido y las aves están más cerca: entonces las escuchas y puedes ubicarlas.

¿Cuáles son tus pensamientos más íntimos? ¿Tus deseos y motivaciones más esenciales? ¿Tus temores más profundos? ¿Dónde está tu "voz de la consciencia"? ¿Cómo escuchar tu intuición?

El barullo de tu personalidad impide escuchar a tu ser interior. La única manera de escucharlo es dejando en silencio tu físico, tus emociones y tus pensamientos. Tú eres mucho más de lo que te imaginas, pero habitualmente no te das el tiempo ni la dedicación para descubrirlo.

Tú eres un ser espiritual y no podrás oir su trino mientras hagas ruido. Deja un tiempo de tu vida para entrar en ti en silencio y descubrir el maravilloso universo que está contenido en tu alma: oirás cantar a las aves.

CONÉCTATE V

Hay dos personajes de Walt Disney que forman parte de nuestra cultura occidental porque representan dos arquetipos, dos formas de comportamiento humano. Uno de ellos es el Pato Donald y el otro su primo, que recibe diversos nombres según la zona geográfica: Glad, Pánfilo y otros.

El Pato Donald es mal genio, fracasado y convencido de su mala fortuna. Su primo viste elegante, es alegre y seguro de su buena suerte. ¿A quién le va mejor en la vida? Sin duda a Glad.

De niño me quedó grabada la siguiente escena que vi en una revista. Donald y su primo caminan por una calle. Donald quejándose que no tiene dinero para comprarse un helado. Glad tampoco lo tiene, pero está seguro que de alguna manera lo conseguirá. Entonces, Donald, rezongando, se tropieza con un bulto pequeño que salta lejos... a las manos de Glad. Es una billetera con suficiente dinero para darse el gusto que quieren.

Diríamos que la especie humana se clasifica entre los Donald y los Glad. Entre los que se sienten fracasados y entre los que se sienten afortunados.

Quien tiene confianza en sí mismo, cree en las oportunidades que la vida le va a presentar en algún momento y persevera hasta conseguir lo que quiere, es un triunfador. Tiene más éxito quien cree que tendrá éxito. La única diferencia entre Donald y Glad es su actitud mental: eso es lo que provoca el destino de cada cual. ¡Conéctate con lo positivo!

CONÉCTATE VI

En el espacio, dando vueltas a la Tierra como lo han hecho hace poco Pedro Duque y los otros seis tripulantes del Discovery, "la forma de los países se distingue en muy pocos casos". Se lo explicó el primer astronauta español, escoltado por John Glenn y el comandante Curtis Brown, a un grupo de estudiantes del Instituto Cardenal Cisneros, de Madrid. Duque sólo ha podido distinguir las fronteras entre México y Guatemala, y entre Israel y Egipto. Y eso le ha hecho darse cuenta de que no hay diferencias entre países: "Todos somos de la raza humana". (Extraído del diario El País de Madrid).

Tal vez sería buena idea que todos los gobernantes del mundo tuvieran la obligación de orbitar la Tierra antes de asumir sus gobiernos.

El éxito en tu vida depende mucho de las fronteras que tengas. Y las fronteras las construyes tú mismo, porque la mente no tiene límites. Libérate de los temores y de los condicionamientos negativos y descubrirás que no hay realmente fronteras para ti.

Cuando te dices -"no creo que sea capaz de...", estás levantando una frontera entre lo que puedes y no puedes. Y ese límite solamente lo has construido tú. Desde la altura de tu ser esencial, ¡no existe!

Sergio Valdivia Correa

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